El 12 de diciembre, la capital campechana vivió una jornada de intensa devoción en honor a la Virgen de Guadalupe, una de las festividades más esperadas por los habitantes de la ciudad. Desde las 5:00 pm, las calles se colmaron de fervor guadalupano, donde cientos de feligreses se unieron a la tradicional procesión, marcada por la música, la alegría y la unidad familiar.
La imagen de la Virgen de Guadalupe partió del corazón del tradicional barrio que lleva su nombre, recorriendo las emblemáticas calles 10 y 10 B, hasta llegar al santuario que le rinde homenaje. A lo largo del trayecto, los asistentes mostraron su devoción con cantos, oraciones y flores, mientras una banda de guerra marcaba el paso de la procesión.
Uno de los momentos más emotivos y pintorescos de la festividad fue el tradicional “baile de cabeza de cochino”, una expresión cultural que fusiona la fe con la alegría popular. Este baile, que cada año acompaña la festividad, simboliza la identidad campechana y reafirma la vitalidad de sus tradiciones.
Muchos de los fieles, vestidos de blanco y rojo, cargaron ramos de flores y rezaron el rosario a lo largo de todo el recorrido. También se vio a niños vestidos como Juan Diego, personajes que representan la esencia de esta celebración, y a familias enteras que caminaron juntas, fortaleciendo el lazo de comunidad que une a los campechanos.
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La procesión culminó en el santuario de Guadalupe, donde se celebró una misa solemne, cargada de emoción, gratitud y esperanza, mientras las lágrimas de los asistentes reflejaban la devoción y el amor a la Virgen.
Así, las calles de Campeche se iluminaron una vez más con la fe, el amor y la cultura que caracterizan a los habitantes de esta ciudad, dejando un recuerdo imborrable en todos los que participaron en esta significativa festividad.