Comerciantes de Ciudad del Carmen lamentan fractura en la tradición del Día de Muertos por conflictos internos
La asignación de permisos para la venta especial genera inconformidad entre locatarios del mercado Alonso Felipe de Andrade

La falta de consenso en la asignación de permisos para la venta especial de Día de Muertos ha provocado tensiones entre los comerciantes del mercado Alonso Felipe de Andrade en Ciudad del Carmen, Campeche.
En vísperas de la temporada más esperada por los comerciantes del mercado Alonso Felipe de Andrade, ha resurgido la inconformidad entre los locatarios. Algunos aseguran haber sido excluidos injustamente de la venta especial del Día de Muertos, una oportunidad crucial para mejorar sus ingresos en medio de una economía local difícil, mientras que otros lamentan que algunos compañeros renunciaron por escrito desde el año pasado y ahora reclaman participación.
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Desde el 21 de octubre hasta el 5 de noviembre, en el área de transición del centro de abasto principal de la Isla, se han colocado 14 comerciantes, quienes atienden desde las 8:00 a.m. hasta las 4:00 p.m., y en días cercanos a la celebración, hasta las 8 o 9 de la noche. En sus puestos se ofrece todo lo necesario para los altares y ofrendas tradicionales: flores, veladoras, incienso, pan de muerto, calaveras de azúcar, frutas y artículos alusivos a la festividad.
Sin embargo, esta estrategia generó conflictos internos, según explicó Sergio Alberto Martínez Herrera, locatario del mercado. La molestia se dio entre vendedores con más trayectoria, quienes recordaron que el año pasado se había acordado no salir al área de transición para no afectar la actividad dentro del mercado. Esta vez, los permisos se otorgaron sin consulta general, y sin intervención de la administración del recinto.
“Lo que nos duele es la forma en que se manejó todo, se decidió sin consenso y, lamentablemente, quienes más lo necesitan quedaron fuera”, expresó Martínez, citando el caso de Rosa Huerta, pionera en la venta de dulces tradicionales desde hace más de 40 años, quien no recibió permiso.
La decisión vino directamente de la Dirección de Regulación Comercial y Reglamentaria y de la Dirección de Servicios Básicos, dejando fuera a la administradora del mercado, Norma Leticia Huicab Pacheco, con quien se había pactado no salir más, para dinamizar la actividad interior.
Por su parte, María Ramírez, vendedora de dulce de fruta tradicional, señaló que los 14 comerciantes que sí obtuvieron permiso lo hicieron por necesidad económica, y que el problema no es de traición, sino de falta de comunicación. “Las ventas están por los suelos y la economía no está bollante”, expresó.
Mientras tanto, los pasillos del mercado reflejan el contraste entre la esperanza de una buena temporada y la frustración de quienes sienten que su esfuerzo ha sido desplazado. Los locatarios coinciden en que la tradición del Día de Muertos, más que una oportunidad comercial, es un acto de fe y respeto hacia los difuntos.