
En 2025 estamos aprendiendo a crear paz en nuestro mundo cercano, empezando por nosotros mismos.
En 2026, estaremos integrando la consciencia de grupo, de comunidad.
Buscaremos juntarnos, habrá más consciencia de la amistad y se hablará más de eso, pero desde un concepto renovado y profundo; no el amiguísimo de conveniencia, ni de “vampirismo”, sino de lealtades profundas, de camino de almas.
Y al pasar los días nos haremos más conscientes que lo que dices feo del otro, habla más de ti que de él. Que somos tontos cuando nos dejamos ir por la ira y que, si no nos gusta nuestra realidad, tenemos una inteligencia para cambiarla y aplicar el menos “bla, bla” y más hacer. Que de nada sirve dividirnos, si vistos desde fuera del planeta somos un todo.
Nos toca sí o sí aprender a vivir fuertes y dejar de “jorobarnos” la vida con ocuparnos de cosas que no podemos cambiar de los demás, llámese familia, amigos, compañeros, pareja.
Al contrario, si realmente queremos que este mundo mejore y aportar algo para que sea maravilloso, confiemos en que podemos y empecemos por honrar nuestra propia vida.
¿Cómo la vamos a honrar? Que sean tus sueños los que te hagan saltar de la cama cada mañana, que te despierten las ganas de ganar tu juego.
Créete tu viaje y toma el volante. No es con quién, porque nunca estamos solos. El alma que deba estar estará sí o sí. Eres tú y tu fuerza con tu brillo.
Busca el para qué. Experiméntate. Cambia. Repara. Aprende. Trátate bien. Mírate como si miraras a alguien que quieres mucho. Hasta que eso no pase, no pares, sigue, sigue, que tu alma pide vida.
Todos los días pregúntate qué emoción sientes.
Tristeza: es el corazón mostrando que algo te importa de verdad. No la escondas, déjala que salga en lágrimas o palabras. Si la guardas, se vuelve más pesada.
Confusión: es como la niebla, pero en cuanto amanece, el camino comienza a mostrarse. La confusión pide confianza.
Miedo: no lo rechaces, crúzalo y verás que tu fuerza estaba detrás de él.
Cansancio: descansar es lo que pide el cuerpo para recomponerse, no es perder el tiempo. Es darle al alma un lugar donde volver a tomar fuerza.
Culpa: nace de querer cumplir con lo que quieren los demás, eso no enseña nada, solo ata. Y cuando haces daño de verdad, entonces sirve para reparar y pedir perdón.
Resentimiento: es esperar que alguien actúe como tú esperas. Pero cada persona solo puede hacer, de acuerdo con su nivel de consciencia. Soltar te da libertad, quedártelo te mantiene prisionero.
Impotencia: es fuerza que no encuentra camino, cuando le des dirección, esa misma fuerza moverá montañas.
Gratitud: es abrir los ojos a lo que ya tienes y dejar de esperar lo que no tienes. Cuando agradeces, el corazón se ensancha y la vida se vuelve generosa contigo.
Gracias, Luna llena en Aries, por tu fuerza, por tu brillo, por tu energía.
Gracias porque unos días son mejores y llegará el día en que nada dolerá.