Isla Aguada, playas paradisíacas que fueron refugio de piratas
Ubicada entre Ciudad del Carmen y la Laguna de Términos, Isla Aguada es hoy un pueblo mágico y antes refugio de piratas.

Isla Aguada es un rincón de aguas turquesas, playas tranquilas y cielos que parecen pintados al óleo. Un sitio ideal para descansar, tomar fotografías y desconectarse del ruido. Pero bajo su calma tropical, esta comunidad campechana guarda un pasado que aún resuena en las olas del Golfo; ya que fue refugio y escondite de piratas, en la época en que el Mar Caribe era territorio sin ley y el palo de tinte, el oro de la región.
Ubicada entre Ciudad del Carmen y la Laguna de Términos, Isla Aguada es hoy un pueblo mágico, pero en los siglos XVII y XVIII fue un punto estratégico para corsarios y bucaneros.

Su cercanía con las rutas comerciales y su vegetación densa ofrecían el escenario perfecto para emboscadas, contrabando y descanso tras largas travesías. Los piratas encontraban en estas costas agua dulce, resguardo natural y una posición ideal para vigilar el movimiento de barcos españoles.
Se cuentan historias de galeones escondidos, de bahías silenciosas repletas de tesoros enterrados y de noches encendidas por faroles que no eran de pescadores, sino de capitanes piratas que evitaban los cañones de Campeche. Hoy, esas historias sobreviven en la memoria oral de sus pobladores, en los nombres de sus calles y en las leyendas que turistas y locales siguen compartiendo al caer la tarde.
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Con el paso del tiempo, Isla Aguada cambió los cañones por cañas de pescar, y los galeones por lanchas que ofrecen recorridos por los manglares, los esteros y la Laguna de los Términos, donde es posible ver delfines en libertad y aves migratorias. Su faro antiguo vigila desde la costa como si aún esperar el regreso de algún velero inglés o francés que se atreva a cruzar la línea del horizonte; hoy es un museo.

Isla Aguada en la actualidad es uno de los destinos con mayor encanto del estado de Campeche. Sus playas vírgenes, sus palapas rústicas y su vocación pesquera conviven con una historia rica que le da profundidad y carácter.
No es casualidad que haya sido nombrado Pueblo Mágico, ni que atraiga tanto a viajeros que buscan belleza natural como a aquellos que desean pisar un sitio con alma y pasado.

Llamar a Isla Aguada un “refugio de piratas” no es sólo un guiño al folclore caribeño; es recordar que estas tierras, hoy tranquilas y hospitalarias, alguna vez vieron flamear banderas negras sobre mástiles altos. Y aunque el tiempo haya enterrado los cofres del pasado, el verdadero tesoro sigue a la vista: su naturaleza virgen, su mar sereno y su gente con historia.