San Francisco de Campeche: historia viva entre murallas, piratas y legado maya
Desde sus orígenes como puerto maya hasta su transformación en un bastión colonial clave, Campeche narra siglos de historia, comercio y resistencia.
La ciudad de Campeche, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad, guarda en sus calles y murallas el testimonio de su evolución desde Kin Pech, un asentamiento maya, hasta convertirse en un importante puerto colonial protegido contra piratas. Su arquitectura, barrios y fortalezas revelan un pasado vibrante que moldeó el destino del sureste mexicano.
Campeche: del puerto maya Kin Pech a la villa colonial fortificada
En 1517, en el actual territorio de Campeche, los antiguos habitantes del puerto maya Kin Pech fueron testigos de la llegada de los primeros exploradores españoles al mando de Francisco Hernández de Córdoba. Aquel encuentro marcaría el inicio de una transformación histórica que culminaría, décadas después, con la fundación de San Francisco de Campeche en 1540 por Francisco de Montejo “el Mozo”.
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El nombre “Campeche” nació sobre los cimientos de aquella aldea prehispánica. La ubicación estratégica a orillas del Golfo de México la convirtió en un punto clave para la conquista de la península de Yucatán y en un enlace comercial con el resto del continente y Europa.
Murallas y comercio: una ciudad contra los piratas
Durante el siglo XVI y XVII, Campeche floreció como puerto exportador de palo de tinte, algodón, miel, sal y otros productos. Esta prosperidad atrajo también a piratas, lo que motivó la construcción de un imponente sistema de murallas, baluartes y puertas —como la emblemática Puerta de Tierra—, con más de 2,700 metros de perímetro, diseñado para proteger la ciudad de los constantes ataques.
Posteriormente, a finales del siglo XVIII, se añadió un tercer sistema defensivo con reductos y baterías como San Miguel y San José, consolidando a Campeche como una de las plazas militares más seguras del continente.
Los barrios coloniales de Campeche como San Francisco, Guadalupe y San Román, todavía conservan el trazo irregular, las casonas y las leyendas que hablan de un pasado mestizo entre mayas y españoles. San Francisco se erige como el punto de origen de la ciudad, donde antiguamente se asentó Kin Pech, mientras que San Román guarda la memoria de los aztecas que participaron en la conquista.
Fue hasta el 1 de octubre de 1777 cuando el rey Carlos III otorgó el título de ciudad a la entonces villa de Campeche, junto con un escudo que reflejaba su carácter marítimo y militar. Hoy, caminar por su centro histórico amurallado es recorrer siglos de historia viva.



