Cuando los gorilas dominan la jungla… no puedes entrar rugiendo
Impacto en los negocios - Mario Elsner

En el mundo de los negocios hay historias que no se cuentan en conferencias, ni aparecen en los libros. Historias reales, de esas que se viven en pasillos corporativos, en salas de juntas sin cámaras, en decisiones que se toman sin hacer ruido. Una de esas historias sucedió hace poco más de 20 años, cuando Maseca, la misma empresa que domina el mundo de la harina de maíz y las tortillas, intentó hacer algo que en papel sonaba lógico: competirle a Bimbo.
La jugada parecía sensata. Si tenían distribución, músculo, capacidad industrial, capital y experiencia en alimentos de consumo masivo, ¿por qué no lanzarse al mercado del pan de caja, uno de los más grandes de México? Así nació Bredy, una marca bien hecha, con buen producto, con demostradoras en tiendas y presencia. Lo suficiente para incomodar al rey del pan y despertar al gorila.
Bimbo, claro, reaccionó. No con discursos públicos ni con polémicas, reaccionó como lo hacen los que conocen su poder: bajó precios, puso demostradoras junto a las nuevas, reforzó su presencia, activó promociones, y dejó que la historia que ya tenía escrita hiciera su trabajo. No hizo escándalo ni se quejó; pero actuó. Y eso ya es decir mucho, porque cuando alguien como Bimbo se mueve, es porque algo lo incomodó.
Un año después, Bredy desapareció del mercado y no por ser un mal producto o por falta de esfuerzo, sino porque competir contra un gorila no se trata solo de tener fuerza, sino de entender el sistema en el que estás entrando.
Y ahí es donde esta historia deja de ser anecdótica y se vuelve una lección incómoda para muchos emprendedores de hoy. Porque en 2026, sigo viendo lo mismo en mentorías, sesiones de estrategia, aceleradoras y pitchs de inversión: gente queriendo entrar en mercados que ya están completamente dominados. Proyectos que creen que, con una buena marca, con pauta, con talento o incluso con una gran ejecución, pueden ganarle al jugador que lleva 20 años escribiendo las reglas del juego. Y no, no se trata de desilusionarlos, se trata de incomodarlos antes de que se revienten contra la misma pared.
Porque no se trata solo de tener una buena idea, sino de entender si estás compitiendo en una categoría donde el otro ya ganó. De identificar si estás queriendo destacar haciendo “más de lo mismo, pero mejor” y de reconocer si tu supuesta diferenciación es suficiente… o si simplemente estás cambiando la etiqueta del mismo producto, dentro de las mismas reglas.
Los gorilas no siempre son rápidos ni creativos, pero son dueños del terreno. Conocen cada rincón, tienen relaciones, acuerdos, logística, presencia, historia emocional con el consumidor y, sobre todo, tienen lo que muchos no: capacidad de aguante. No te sacan con gritos, te sacan esperando a que tú te desgastes y eso es exactamente lo que pasó con Bredy.
Ahora bien, ¿significa esto que no se puede competir? Para nada. Lo que significa es que, si de verdad quieres crecer, tienes que dejar de romantizar batallas imposibles, y empezar por reconocer tu limitante real. Muchos piensan que su freno es el equipo, el presupuesto o la pauta. Pero en realidad, su bloqueo está en algo más profundo: están peleando en un terreno donde el otro ya es fuerte, y lo hacen sin haber cambiado las reglas del juego.
En mi metodología ACB³ siempre comenzamos por la aspiración: ¿qué quieres lograr realmente? Pero el siguiente paso —el más incómodo— es detectar la causa limitante. Y ahí, cuando rasco con preguntas reales, casi siempre aparece lo mismo: están queriendo vender pan, donde ya hay un Bimbo. Están reclutando al mismo perfil que todos. Están usando los mismos canales, los mismos formatos, los mismos ganchos… esperando resultados diferentes.
El tercer paso, donde empieza el cambio real, es salir de los bloqueos cómodos. Porque es muy fácil decir que el algoritmo no ayuda, que la gente no entiende tu producto o que “el mercado está difícil”. Pero lo verdaderamente valiente es reconocer que no has rediseñado tu terreno de juego. Que sigues intentando competir con las mismas armas, cuando tu verdadero diferencial debería estar en el modelo, no solo en el producto.
Por eso, cuando me toca ver estrategias, ya no pregunto si el proyecto es bueno, sino: ¿estás creando una categoría nueva, o estás repitiendo una que ya tiene dueño? ¿Estás entrando por donde el gorila es fuerte, o estás construyendo una conversación donde él no sabe moverse? Porque lo que nos enseña la historia de Bredy no es que no se puede, es que si no cambias el sistema… el sistema te saca.
Y en el mundo de los negocios, muchas veces no gana el que más brilla, sino el que aguanta. Gana el que conoce las reglas invisibles. Gana el que construyó su propio ecosistema, antes de meterse a pelear en el del otro.
Te acompaño al siguiente nivel de los negocios.





