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El recalentado como tradición mexicana: El día más pesado para el estómago

El recalentado navideño: tradición mexicana que une familias… y pesa al estómago

El recalentado navideño: tradición mexicana que une familias… pero pesa al estómago

El recalentado navideño es una de las tradiciones más queridas en México. Como es costumbre cada 25 de diciembre, familias enteras vuelven a reunirse alrededor de los platillos que quedaron de la cena de Nochebuena: pavo, romeritos, bacalao, tamales, lomo, ensaladas y ponche. No se trata solo de “sobras”, sino de un segundo ritual de convivencia donde se alarga la celebración, se cuentan anécdotas y se revive la noche anterior.

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Este momento tiene un valor emocional profundo: simboliza continuidad, abundancia y la costumbre de compartir lo que se tiene. En muchos hogares, el recalentado es incluso más relajado y se disfruta más que la cena formal, porque ya no hay prisas ni protocolos, solo el gusto de volver a sentarse juntos, por lo que para muchas familias mexicanas es incluso mejor que la fiesta misma, ya que las conversaciones de sobremesa de alargan, las anécdotas dejan fluir la convivencia e incluso los niños disfrutan de los regalos en compañía de sus primos, amigos o hermanos. Sin embargo, el cuerpo no siempre lo vive igual que el corazón….

Efectos secundarios del recalentado

Aunque el recalentado navideño se disfruta como ninguna otra fecha del año, la realidad es que nuestro estomago no la pasa tan bien que digamos, ya que en este día lo vive con una mezcla de alimentos altos en grasa, sal, azúcares y carbohidratos puede provocar inflamación, pesadez, acidez y digestión lenta. Por lo que es importante recordar que comer en exceso, repetir platos y combinar muchos tipos de comida dificulta el trabajo del sistema digestivo. Pero, entonces ¿cómo podemos disfrutar de todo el festín navideño?

Lo que hay que hacer para no perder el estomago

Para disfrutar el recalentado sin malestares, los especialistas recomiendan servir porciones pequeñas, masticar despacio, beber suficiente agua y evitar seguir comiendo por inercia. También es útil dar un pequeño paseo después de comer o tomar infusiones como manzanilla o jengibre.

Así, el recalentado puede seguir siendo una tradición deliciosa, sin convertirse en una carga para tu estómago.

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