La parte del pavo que los expertos recomiendan evitar en Navidad para cuidar el colesterol y el peso
Nutriólogos advierten que más allá de elegir carne blanca u oscura, existe un elemento del pavo que incrementa el consumo de grasas saturadas durante las fiestas.

El pavo es uno de los platillos principales en la cena navideña, pero especialistas en nutrición alertan que la piel del ave puede elevar el colesterol y el aporte calórico, afectando la salud cardiovascular y el control del peso.
Durante la temporada navideña, el pavo se convierte en el protagonista de muchas mesas familiares. Aunque suele discutirse si la carne blanca es más saludable que la oscura, expertos en nutrición coinciden en que la mayor preocupación no está en el tipo de carne, sino en la piel del ave.
De acuerdo con la nutrióloga Emma Willingham, citada por el Houston Methodist, la diferencia entre la carne blanca y la carne oscura radica principalmente en su contenido de mioglobina, una proteína que transporta oxígeno en los músculos. La pechuga y las alas, consideradas carne blanca, contienen menos mioglobina, mientras que los muslos y piernas, clasificados como carne oscura, presentan mayores niveles debido al mayor esfuerzo físico de esas zonas.
En términos nutricionales, tanto la carne blanca como la oscura aportan proteínas de alta calidad. La carne oscura suele tener más grasa y aproximadamente el doble de grasas saturadas que la blanca, aunque también ofrece micronutrientes importantes como el hierro, el cual se absorbe con mayor facilidad que el de origen vegetal, siendo especialmente beneficioso para personas con deficiencia de este mineral.
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La carne blanca, por su parte, aporta más vitaminas del complejo B, relacionadas con la producción de energía, además de menos calorías y grasas saturadas. No obstante, la especialista aclara que ambos tipos de carne contienen grasas insaturadas que favorecen la salud cardiovascular, siempre que se consuman con moderación y una adecuada preparación.
El principal riesgo para la dieta aparece con la piel del pavo. Los especialistas señalan que esta capa concentra una alta cantidad de grasas saturadas, independientemente de si proviene de la pechuga, el muslo o la pierna. Su consumo frecuente o en exceso puede elevar el colesterol y dificultar el control del peso corporal, además de aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Para un consumo más saludable durante las fiestas, los expertos recomiendan retirar la piel antes de comer, optar por preparaciones al horno o asadas, moderar las porciones y acompañar el platillo con vegetales frescos en lugar de salsas ricas en grasas o azúcares. Aunque el consumo ocasional de piel no representa un riesgo grave para la mayoría de las personas, quienes buscan cuidar su salud cardiovascular harían bien en evitarla.
En este contexto, la clave no está en eliminar el pavo del menú navideño, sino en prestar atención a la forma de preparación y a las partes que se consumen, priorizando una alimentación equilibrada incluso en épocas de celebración.





