Bloqueo en París: Gobierno de Macron falla en aprobar el Presupuesto 2026 y activa prórroga de emergencia
La fragmentación parlamentaria tumba las negociaciones de última hora. El Primer Ministro Sébastien Lecornu queda en la cuerda floja y deberá operar con cuentas provisionales mientras crece la presión por un posible adelanto electoral.
Francia cerrará el año sumida en una profunda incertidumbre económica e institucional. El gobierno del presidente Emmanuel Macron no logró los consensos necesarios para aprobar los Presupuestos Generales de 2026, confirmando el bloqueo legislativo que paraliza a la segunda economía de la eurozona.
Tras el fracaso de la última ronda de negociaciones celebrada este viernes, el primer ministro, Sébastien Lecornu, se ha visto obligado a activar los mecanismos para una prórroga parcial de las cuentas de 2025. Esta medida, aunque legal, deja al Ejecutivo debilitado y con un margen de maniobra limitado para enfrentar los retos financieros del próximo año.
35 minutos para el colapso
El punto de quiebre ocurrió en la comisión mixta paritaria, un órgano clave integrado por siete senadores y siete diputados diseñado para armonizar las posturas de ambas cámaras. Sin embargo, la reunión duró apenas 35 minutos. La brecha entre un Senado dominado por el centro-derecha y una Asamblea Nacional fragmentada (con una fuerte influencia de la izquierda) resultó insalvable. Aunque el gobierno logró salvar el presupuesto de la Seguridad Social, las cuentas generales del Estado quedaron en el aire. Ante la urgencia, Lecornu ha convocado a los líderes parlamentarios a una reunión de emergencia el próximo lunes, intentando revivir el diálogo antes de que el reloj marque el fin de año.
El costo de la inestabilidad
El Banco de Francia y el Ministerio de Hacienda han encendido las alarmas. La ministra Amélie de Montchalin recordó que un escenario similar en el pasado reciente (el retraso de las cuentas de 2025) costó a las arcas públicas cerca de 12,000 millones de euros. “Serán los ciudadanos quienes paguen las consecuencias”, advirtió Lecornu, criticando la “falta de voluntad” de los grupos opositores. La prórroga presupuestaria implica que el Estado operará con los mismos recursos que el año anterior, sin ajustes por inflación ni partidas para nuevos proyectos, lo que en la práctica significa un recorte del gasto real.
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La supervivencia de Lecornu y la sombra electoral
La crisis tiene nombre y apellido. La continuidad de Sébastien Lecornu pende de un hilo. Analistas políticos señalan que el primer ministro es el último “fusible” de Macron. Si no logra destrabar los fondos en los primeros meses de 2026, el presidente podría verse forzado a disolver la Asamblea y convocar a nuevas elecciones legislativas, apenas un año después de los comicios de julio de 2024.
La ecuación es compleja: la derecha conservadora, liderada por Bruno Retailleau, advierte que el proyecto actual estrellaría al país contra el “muro de la deuda” y sugiere aprobarlo por decreto (sin votación), una maniobra constitucional que expondría a Lecornu a una moción de censura. Cabe recordar que este mecanismo ya costó el puesto a sus predecesores, Michel Barnier y François Bayrou.
Fuego cruzado y elecciones municipales
Mientras los socialistas acusan a la derecha de sabotaje (pese a haber logrado concesiones como la derogación de la reforma de pensiones de 2023), los extremos del espectro político, representados por Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon, rechazan cualquier pacto y exigen volver a las urnas. El escenario para 2026 es crítico: las futuras negociaciones se darán en plena campaña para las elecciones municipales de marzo, lo que politizará aún más cualquier intento de acuerdo económico.
