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El fin del Imperio Rojo: Cuando la URSS se disolvió en plena Navidad de 1991

Mientras Occidente celebraba la Nochebuena, en Moscú se arriaba la bandera soviética para siempre. El 25 de diciembre de 1991, Mijaíl Gorbachov firmó la sentencia de muerte de la Guerra Fría, cambiando el mapa político mundial.

Para la mayoría del mundo, el 25 de diciembre es sinónimo de paz, familia y regalos. Pero para la historia política, la Navidad de 1991 marca el colapso definitivo de una superpotencia. Fue el día en que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) dejó de existir oficialmente como sujeto de derecho internacional, poniendo fin a décadas de tensión nuclear y bipolaridad global.

Foto: Wikipedia

El discurso que cerró el siglo XX

A las 7:00 PM (hora de Moscú) del 25 de diciembre de 1991, Mijaíl Gorbachov, el último líder soviético, apareció en la televisión nacional. En un discurso de apenas 10 minutos, cargado de resignación política, anunció su dimisión como Presidente de la URSS. “El destino quiso que, cuando me vi al frente del Estado, ya estuviera claro que nuestro país estaba enfermo”, declaró. Con su firma, traspasó el control de las armas nucleares estratégicas al presidente de la nueva Federación Rusa, Borís Yeltsin.

La bandera que bajó en silencio

El momento más simbólico y político de esa noche ocurrió 35 minutos después del discurso. En el Kremlin, bajo la nieve de Moscú, la bandera roja con la hoz y el martillo fue arriada del asta principal por última vez en la historia. No hubo ceremonias militares, ni desfiles, ni protestas masivas. En su lugar, se izó la bandera tricolor de Rusia (blanco, azul y rojo), que no ondeaba allí desde la época de los zares. Fue una transición de poder silenciosa, ejecutada mientras el bloque capitalista (liderado por EE.UU.) estaba distraído con la cena navideña.

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¿Por qué en Navidad?

Analistas políticos coinciden en que la fecha no fue casualidad, aunque la Navidad ortodoxa rusa se celebra en enero (por el calendario juliano). Para la política occidental, que el colapso ocurriera el 25 de diciembre fue el “regalo” geopolítico definitivo de la victoria en la Guerra Fría. George H.W. Bush, entonces presidente de EE.UU., interrumpió su descanso navideño para dirigirse a la nación y anunciar: “La confrontación ha terminado”.

El legado político de esa noche

Esa decisión navideña redibujó el mapa. De la noche a la mañana, surgieron 15 nuevos países independientes (como Ucrania, Bielorrusia, Kazajistán). La estructura de poder global cambió de un sistema bipolar a uno unipolar. Hoy, al mirar hacia atrás, esa Nochebuena de 1991 se estudia en ciencias políticas no como una celebración, sino como el momento exacto en que una firma burocrática desmanteló el imperio más grande de la tierra sin disparar un solo misil.

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