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La Nobel de la Paz, María Corina Machado escapa de Venezuela rumbo a Oslo y a la historia

La líder opositora venezolana salió de la clandestinidad en una operación encubierta para intentar recibir el Nobel de la Paz

Aunque no llegó a tiempo a la ceremonia del Premio Nobel de la Paz, su huida se convirtió en un símbolo del conflicto entre Caracas y Washington.


La travesía comenzó lejos de los reflectores. Tras meses en la clandestinidad, Machado decidió abandonar Venezuela con la esperanza de recibir personalmente el Premio Nobel de la Paz, otorgado por su lucha democrática. La operación exigía algo más que discreción: implicaba atravesar controles militares, navegar mares agitados del Caribe y esquivar una zona bajo intensa vigilancia aérea y naval de Estados Unidos.

Según versiones confirmadas por su entorno, la extracción fue coordinada por Grey Bull Rescue, una empresa fundada por veteranos estadounidenses con experiencia en operaciones especiales. El plan —bautizado internamente como Dinamita Dorada— se ejecutó en cuestión de días, luego de meses de intentos fallidos por encontrar una ruta segura.

El primer tramo fue terrestre. Machado salió de un suburbio de Caracas rumbo a la costa, atravesando múltiples retenes militares sin ser detenida. Después, ya entrada la tarde, abordó una embarcación pesquera que la trasladó mar adentro, donde cambió varias veces de nave. Durante más de diez horas cruzó aguas turbulentas del Caribe, en una franja marítima donde Estados Unidos ha intensificado ataques contra presuntas rutas del narcotráfico.

El riesgo no era solo natural. Desde el aire, pequeñas embarcaciones pueden ser confundidas con objetivos militares. Por ello, los responsables de la operación notificaron previamente a autoridades estadounidenses para evitar un ataque accidental. Aunque Washington no participó directamente, fue informado del desplazamiento para reducir el peligro de un error fatal.

La huida de Machado ocurre en un contexto de fuerte presión política. Tras ganar las primarias opositoras en 2023, fue inhabilitada para competir en las elecciones presidenciales. Su candidato sustituto, Edmundo González, obtuvo —según recuentos independientes— una clara victoria en 2024, que el oficialismo desconoció, desatando una nueva ola de represión y detenciones contra opositores.

Finalmente, Machado logró llegar a Curaçao y, desde ahí, abordar un avión privado con destino a Oslo. Arribó demasiado tarde para la ceremonia oficial, pero su escape tuvo un impacto inmediato: reavivó el apoyo de sus seguidores, reforzó su imagen internacional y volvió a colocar a Venezuela en el centro del debate global sobre democracia y autoritarismo.

Más allá del Nobel, su travesía dejó un mensaje claro. En la Venezuela actual, incluso salir del país puede convertirse en una operación de alto riesgo, donde la política se cruza con el mar, el cielo y la geopolítica.

Con información de: NYT y Medios internacionales


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