Lluvia inesperada arruina feria de libros usados en el Centro Histórico
Un aguacero provocado por el frente frío 19 convirtió una celebración literaria en una escena de pérdidas y volúmenes empapados.
Lo que inició como una noche dedicada a los libros y la convivencia cultural terminó bajo el agua, luego de que una fuerte lluvia sorprendiera a asistentes y organizadores, dejando miles de ejemplares dañados.
La calle 57 del Centro Histórico despertaba con aroma a papel antiguo y ambiente festivo poco después de las siete de la noche. Todo estaba preparado para una velada literaria donde más de quince mil libros usados formaban un mosaico que invitaba a curiosear, recordar y descubrir historias olvidadas.
Niños y adultos hojeaban enciclopedias como quien se asoma a otra época; parejas reían al toparse con el clásico Baldor; turistas capturaban imágenes del recorrido como si se tratara de un río de papel. Pero esa escena duró apenas unos minutos: una nube se rompió de golpe y el frente frío número 19 descargó una lluvia que lo transformó todo.
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En cuestión de instantes, el cielo se oscureció y un aguacero intenso desató el caos. Los asistentes corrieron a refugiarse mientras las páginas dejaban de sonar para tornarse pesadas y empapadas. Varios montones de libros flotaron, se separaron o fueron arrastrados por los charcos que se convirtieron en corrientes improvisadas.
Lo que horas antes parecía un paseo cultural terminó en una imagen desoladora: tomos perdidos entre el agua sucia, portadas manchadas, discos hundidos y la decoración nocturna —incluidas las luces que daban ambiente al evento— acabaron en el drenaje.
