Tras ataque a la Guardia Nacional, Trump ordena blindaje total: EU prohibirá la entrada a ciudadanos de más de 30 países

La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, confirmó la expansión de la “lista negra” de visados como respuesta directa al asesinato de una soldado a manos de un inmigrante afgano
La política migratoria de Estados Unidos está a punto de sufrir su endurecimiento más drástico en años recientes. En una respuesta directa y contundente al tiroteo que cobró la vida de una miembro de la Guardia Nacional en Washington durante la semana de Acción de Gracias, la administración de Donald Trump ha anunciado que ampliará su prohibición de viajes para incluir a ciudadanos de más de 30 países.
El anuncio fue realizado por Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, quien confirmó que la Casa Blanca ya evalúa qué naciones se sumarán a la lista de restricciones. Esta medida refuerza la prohibición implementada en junio por el gobierno republicano, que ya vetaba el ingreso a ciudadanos de 12 países y limitaba el acceso a otros siete, entre ellos Afganistán, Somalia, Irán y Haití.

El tiroteo que detonó el endurecimiento
La decisión se precipitó tras los trágicos eventos del 26 de noviembre, cuando dos soldados fueron emboscados en la capital estadounidense. El sospechoso, Rahmanullah Lakanwal, un inmigrante que llegó a Estados Unidos tras la retirada de tropas de Afganistán, enfrenta cargos de asesinato en primer grado.
El ataque resultó en la muerte de la especialista de la Guardia Nacional de Virginia Occidental, Sarah Beckstrom, y dejó gravemente herido al sargento Andrew Wolfe. Aunque Lakanwal se ha declarado inocente, el incidente ha servido como catalizador para que el ala dura de la administración Trump impulse una revisión exhaustiva de los protocolos de entrada y permanencia en el país.
“Si no pueden ayudarnos a investigarlos, no entran”
Durante una entrevista con la cadena Fox News, Noem delineó la lógica detrás de esta expansión. El argumento central es la incapacidad de ciertos estados fallidos o inestables para proporcionar antecedentes confiables sobre sus ciudadanos.
“No voy a ser específica sobre el número, pero son más de 30. Y el presidente continúa evaluando países”, declaró la funcionaria. Su postura fue tajante respecto a la seguridad nacional: “Si no tienen un gobierno estable allí, si no tienen un país que pueda sostenerse y decirnos quiénes son esos individuos y ayudarnos a investigarlos, ¿por qué deberíamos permitir que gente de ese país venga aquí a Estados Unidos?”.
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Una ofensiva migratoria más amplia
La ampliación de la lista de países vetados es solo la punta del iceberg de una serie de medidas que se han desplegado con rapidez en la última semana. La administración Trump ha argumentado que se necesita una “verificación de antecedentes extrema” para garantizar que quienes ya están en suelo estadounidense no representen una amenaza.
Entre las nuevas restricciones ya activas o en proceso se encuentran:
- Pausa en decisiones de asilo: Se han detenido los procesos para solicitantes de los 19 países actualmente en la lista.
- Freno a visas afganas: Se ha detenido la emisión de visados incluso para aquellos afganos que colaboraron con el esfuerzo bélico de EE.UU.
- Permisos de trabajo limitados: El Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) anunció la reducción en la vigencia de los permisos de trabajo para refugiados y asilados, obligándolos a someterse a verificaciones de seguridad con mayor frecuencia.
Mientras el gobierno defiende estas acciones como vitales para la seguridad nacional, los críticos y organizaciones de derechos humanos denuncian que las medidas constituyen un “castigo colectivo”, traumatizando a comunidades que ya han pasado por filtros exhaustivos y que huyen, precisamente, de la violencia que Washington busca evitar.







