Defensa de Luigi Mangione Juega su Última Carta: Buscan Anular el Arma y el ‘Diario del Odio’ como Pruebas del Crimen

En las audiencias previas al juicio por el asesinato del CEO de UnitedHealthcare, los abogados de Mangione argumentan ilegalidad en el registro policial para excluir la pistola y los escritos que revelarían el motivo del ataque.
El proceso judicial contra Luigi Mangione, el joven de 27 años acusado de asesinar a sangre fría a Brian Thompson, CEO de UnitedHealthcare, ha entrado en una fase crítica este lunes en Nueva York. Lejos de los reflectores del día del crimen, la batalla ahora se libra en los tecnicismos legales: la defensa busca desesperadamente que las pruebas más incriminatorias —incluida el arma homicida— sean desestimadas por el juez antes de que un jurado pueda verlas.
Mangione, quien apareció en la corte vistiendo un traje gris y sin esposas para poder tomar notas, observó con atención, presionando un dedo contra sus labios, mientras los fiscales reproducían los videos de vigilancia que captaron tanto el asesinato en una acera de Manhattan como su posterior arresto en un McDonald’s de Pensilvania, a más de 300 kilómetros de la escena del crimen.

El “Fruto del Árbol Envenenado”: ¿Qué Pruebas Quieren Borrar?
La estrategia del equipo legal de Mangione se centra en la Cuarta Enmienda y la supuesta conducta policial inconstitucional. El objetivo es excluir tres elementos clave hallados en su mochila al momento de la detención, argumentando que la policía de Altoona no tenía una orden judicial para registrarla:
- La Pistola 9 mm: Presuntamente el arma utilizada para disparar contra Thompson.
- El Cuaderno/Diario: Un documento devastador para la defensa, donde Mangione habría escrito su intención de “eliminar” a ejecutivos de seguros médicos, describiéndolos como “avaros que se lo merecen” y elogiando a Ted Kaczynski, el “Unabomber”.
- Declaraciones Iniciales: La defensa alega que Mangione fue interrogado antes de que se le leyeran sus derechos Miranda. Específicamente, buscan anular el momento en que se identificó falsamente como “Mark Rosario”, nombre que también usó para registrarse en un hostal de Nueva York días antes del ataque.
Los abogados defensores sostienen que el argumento policial de buscar “una bomba” en la mochila fue una excusa fabricada para justificar un registro ilegal. Si el juez falla a su favor, la fiscalía perdería el arma del delito y el motivo escrito de puño y letra del acusado, lo que representaría un revés monumental para el caso estatal.
“Vigilancia Tipo Epstein” y Simpatizantes en la Sala
La audiencia reveló detalles inéditos sobre la reclusión de Mangione. Tomas Rivers, guardia de la prisión estatal de Pensilvania, testificó que se le ordenó mantener una vigilancia extrema sobre el acusado, similar a la impuesta al delincuente sexual Jeffrey Epstein, para evitar un suicidio. Rivers relató conversaciones con Mangione sobre literatura y viajes, y destacó que el joven se mostró decepcionado por las comparaciones mediáticas con el “Unabomber”.
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Curiosamente, la sala del tribunal no solo estaba llena de prensa. Decenas de simpatizantes de Mangione asistieron a la audiencia, algunos portando camisetas con consignas como: “Sin una orden, no es un registro, es una violación”, evidenciando la polarización que el caso ha generado en ciertos sectores que ven en el ataque una rebelión contra el sistema de salud estadounidense.
Lo que Está en Juego: Cadena Perpetua o Pena de Muerte
Estas audiencias previas, que se extenderán hasta el aniversario del crimen el próximo jueves, corresponden únicamente al juicio estatal, donde Mangione enfrenta una posible cadena perpetua. Sin embargo, la sombra de la pena capital se cierne sobre el caso federal.
La Fiscal General, Pam Bondi, ha sido contundente al ordenar que se busque la pena de muerte en el proceso federal, calificando el asesinato como un acto premeditado y a sangre fría. Mientras la defensa intenta limpiar el expediente de pruebas físicas, la fiscalía se prepara para presentar a más de dos docenas de testigos que podrían sellar el destino del joven egresado de la Ivy League.







