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La historia de “The Show Must Go On”, última grabación icónica de Freddie Mercury

La canción “The Show Must Go On” se convirtió en el legado final de Freddie Mercury, grabada en medio de su delicado estado de salud y bajo una fuerza artística inquebrantable.

“The Show Must Go On”: la grabación final que marcó a Freddie Mercury

A 34 años del fallecimiento de Freddie Mercury, resurgen detalles sobre cómo el vocalista de Queen grabó “The Show Must Go On”, su última gran interpretación, durante las sesiones del álbum Innuendo en Londres, cuando su salud estaba severamente deteriorada por el VIH. El cantante enfrentó el dolor, la debilidad y la presión del tiempo para entregar una de las actuaciones más memorables del rock, una que se volvió símbolo de resistencia y legado artístico.

La canción, publicada en 1991, siempre ha sido rodeada por un aura de solemnidad. Su letra, cargada de metáforas sobre fortaleza y continuidad, reflejó el momento más vulnerable de Mercury, quien ya tenía dificultades para caminar, sentarse o moverse sin dolor, de acuerdo con declaraciones de Brian May para RTVE.

“The Show Must Go On” y el deterioro físico de Mercury durante Innuendo

En medio de la producción del álbum Innuendo, los integrantes de Queen dudaban si Freddie podría alcanzar las exigentes notas agudas de la canción. Roger Taylor se preparó incluso para grabar los falsetes si Mercury no podía lograrlo. Sin embargo, la determinación del cantante sorprendió a todos.

Según relató Brian May, Mercury llegó al estudio con dificultad, visiblemente agotado, pero decidió intentarlo tras beber un trago de vodka y decir con firmeza: “Lo haré, cariño”. Su situación era crítica: apenas podía mantenerse sentado y cada movimiento le provocaba dolor, lo que hacía incierta la posibilidad de completar la grabación.

“The Show Must Go On”: una sola toma que se volvió histórica

La voz de Freddie Mercury quedó registrada en una única toma, ya que su estado físico no permitía repetir la sesión. Esa interpretación, cruda y poderosa, se convirtió en el testimonio definitivo de su talento y fortaleza emocional. No hubo ajustes, no hubo correcciones: solo la entrega total de un artista decidido a seguir adelante pese a su inminente final.

Con el paso del tiempo, “The Show Must Go On” fue adoptada como un himno de resistencia. Aunque no fue escrita como una despedida explícita, su intensidad y simbolismo la transformaron en una de las canciones más emotivas de Queen. Ha sido interpretada en homenajes alrededor del mundo, pero ninguna versión ha logrado reproducir la carga emocional de la grabación original de Freddie.

Hoy, esta canción permanece como uno de los legados más profundos del cantante, un recordatorio de su espíritu inquebrantable y de la forma en que enfrentó su último acto artístico.

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