Cae el presunto “cerebro” tras el crimen de Uruapan: Detienen a Jorge Armando ‘N’ por el asesinato del alcalde Carlos Manzo

El Gabinete de Seguridad confirmó la captura del presunto autor intelectual del magnicidio, revelando una conspiración digital orquestada por el crimen organizado y ejecutada por jóvenes reclutas.
Las investigaciones en torno al brutal asesinato de Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, han dado un giro decisivo. El Gabinete de Seguridad del Gobierno Federal anunció este miércoles la detención de Jorge Armando ‘N’, identificado como el presunto autor intelectual del ataque que conmocionó al país durante las celebraciones del Día de Muertos. El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, detalló que el sospechoso fue aprehendido en la colonia Centro de Morelia y es señalado como uno de los líderes de la célula criminal responsable de la logística y orden del atentado.
Este arresto arroja luz sobre un crimen que no solo terminó con la vida de un funcionario que había alzado la voz contra el “régimen de terror” del crimen organizado, sino que también expuso la cruel dinámica de reclutamiento y silenciamiento dentro de los grupos delictivos que operan en la región, vinculados presuntamente al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

La estructura del ataque: Menores y adicciones
La tragedia se consumó la noche del 1 de noviembre. El ejecutor material fue Víctor Manuel Ubaldo, un adolescente de apenas 17 años originario de Paracho. Según el fiscal estatal, Carlos Torres, el joven padecía una fuerte adicción a la metanfetamina y había abandonado su hogar una semana antes. Víctor logró acercarse al alcalde y disparar en seis ocasiones antes de ser abatido por los escoltas.
Sin embargo, el menor no actuó solo. Las investigaciones identificaron a dos cómplices en el lugar: Fernando Josué ‘N’ y Ramiro ‘N’. Este último fungía como reclutador y entrenador, enseñando a novatos como Víctor a disparar bajo amenazas de castigos físicos. Ambos cómplices fueron hallados muertos días después en la carretera Uruapan-Paracho, víctimas de una purga interna para borrar evidencias.
El rastro digital: Un chat de la muerte
El avance crucial para dar con Jorge Armando ‘N’ surgió, irónicamente, de la muerte de los cómplices. Tras el hallazgo de los cuerpos de Ramiro y Fernando, las autoridades recuperaron sus teléfonos móviles. El análisis forense de los dispositivos destapó un chat grupal donde se coordinó el homicidio paso a paso.
En este grupo, Ramiro recibía órdenes directas de un sujeto apodado “El Lic” o “Licenciado” —identificado ahora como Jorge Armando ‘N’—. Las instrucciones eran frías y precisas: monitorear al objetivo, apodado “el cliente”, y ejecutarlo sin importar quién lo acompañara o la multitud presente en el Festival de la Vela.
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Cronología de una ejecución pública
Gracias a las cámaras del C5 y la evidencia digital, se reconstruyó el minuto a minuto del horror. El sábado 1 de noviembre, a las 18:06 horas, Ramiro envió un video al grupo mostrando la jardinera donde más tarde caería el alcalde. A las 19:45, los agresores alertaron que Manzo había llegado al festival y que el evento se transmitía en vivo en redes sociales; el objetivo era que el ataque fuera público y mediático.
Minutos después, Víctor Manuel disparó. A las 20:00 horas, Ramiro informó al chat que su compañero había sido detenido (en realidad abatido) y envió un video del caos. La respuesta de “El Lic” fue ordenar la huida inmediata y que se escondieran, una promesa de protección que días más tarde se convertiría en una sentencia de muerte para los propios sicarios.
La disputa por el territorio michoacano
El asesinato de Carlos Manzo se enmarca en la violenta disputa territorial que asola a Michoacán. Harfuch confirmó que los detenidos y fallecidos pertenecían a una facción afiliada al CJNG, organización que lucha contra mafias locales por el control del narcotráfico y, especialmente, el lucrativo negocio de la extorsión.
La captura de Jorge Armando ‘N’ representa un golpe a la estructura de mando de estas células, aunque la investigación continúa abierta para desarticular por completo la red que planeó silenciar a un alcalde que exigía seguridad para su pueblo.







