Irán endurece medidas: detendrán a mujeres sin velo
Irán ordena detener a quienes rechacen el velo; crece la tensión social y preocupa la desaparición de la atleta Hanieh Shariati Roudposhti.

El gobierno de Irán endureció nuevamente la aplicación del hiyab obligatorio, luego de que el jefe del Poder Judicial, Gholamhossein Ejei, ordenara la detención inmediata de cualquier persona que “promueva la eliminación del velo”. La medida, anunciada esta semana, reactiva la represión que ha marcado al país desde las protestas de 2022 y reabre tensiones sociales, políticas y religiosas.
Un regreso a la línea dura en pleno debate social
La nueva directiva llega tras meses de incertidumbre sobre la ley que proponía penas más severas para las mujeres sin velo, una normativa suspendida en diciembre y que desde entonces ha dividido a instituciones religiosas y al Parlamento.
Ejei acusa a “grupos organizados y vinculados al extranjero” de impulsar “anomalías sociales” mediante la supuesta “propaganda de la desnudez”. Este giro represivo ocurre en un momento simbólico: por primera vez, una mujer —Paniz Faryousefi— dirige una orquesta en Irán con el velo ajustado, un gesto que evidencia la complejidad cultural y política del país.
Desaparición de una atleta aviva los temores
El caso de Hanieh Shariati Roudposhti
En medio de esta escalada, la organización de derechos humanos Hengaw denunció la desaparición de Hanieh Shariati Roudposhti, atleta de taekwondo vista por última vez entrenando sin hiyab en Teherán.
Las autoridades permanecen en silencio, lo que ha aumentado la preocupación pública, especialmente en un país donde desafiar el velo forma parte de la vida cotidiana de muchas mujeres desde las protestas por la muerte de Mahsa Jina Amini en 2022.
Un conflicto que divide al gobierno y al Parlamento
La ley del hiyab, heredada de la Revolución Islámica de 1979, ha experimentado transformaciones y resistencias impulsadas por décadas de activismo feminista. El presidente Masoud Pezeshkian ha expresado en varias ocasiones su oposición a endurecerla y en febrero afirmó que no implementaría una normativa “que crea problemas para la población”.
Sin embargo, ONG y organizaciones de derechos humanos advierten que, aunque la ley más severa fue suspendida, el hiyab obligatorio nunca dejó de estar vigente, solo se aplicó de manera irregular. Restaurantes y comercios han sido sancionados por permitir la entrada de mujeres sin cubrirse el cabello, mientras que las autoridades reprimieron tanto a quienes se oponen como a quienes exigen una aplicación aún más estricta.
Un clima de tensión y silencio oficial
Con la nueva orden judicial, Irán parece retroceder hacia un modelo de represión más rígido. La desaparición de la atleta Shariati Roudposhti, todavía sin respuesta oficial, simboliza el clima de incertidumbre que pesa sobre las mujeres y activistas que cuestionan la ley del velo.
En Irán, donde el silencio institucional suele anticipar malas noticias, la preocupación crece mientras la aplicación del hiyab vuelve a convertirse en un campo de batalla político y social.







