¿Quién construyo el robot vestido del Chavo del 8? Muy querido en Ciudad Victoria
El robot Cha-Bot se volvió viral en Ciudad Victoria, Tamaulipas, tras ser captado corriendo por las calles caracterizado como El Chavo del 8.

Un video difundido en redes sociales mostró a Cha-Bot, un robot humanoide vestido como El Chavo del 8, corriendo por las calles de Ciudad Victoria, Tamaulipas, generando sorpresa entre habitantes y usuarios en internet.
La grabación, realizada recientemente en la capital tamaulipeca, llamó la atención debido a lo inusual de la escena, al punto que varios internautas cuestionaron si se trataba de una creación editada con Inteligencia Artificial.
Sin embargo, los mismos responsables del proyecto y usuarios que presenciaron el momento confirmaron que el hecho fue completamente real.
En el clip se observa al androide avanzar con rapidez mientras un joven lo acompaña brevemente, aparentemente supervisando su funcionamiento.
Minutos después, una camioneta pasa cerca y Cha-Bot se desvía hacia la banqueta, mostrando autonomía durante su recorrido. La escena, descrita como “surrealista”, se volvió tema de conversación nacional.
¿De dónde salió el robot vestido del Chavo del 8?
Cha-Bot es una creación de Nix-Lab, un grupo de jóvenes ingenieros y estudiantes de Ciudad Victoria dedicado al desarrollo de tecnología y robótica, con participación en competencias internacionales.
De acuerdo con el colectivo, el robot ha sido visto en distintos espacios públicos como plazas comerciales, ferias y cines, donde ha protagonizado otros momentos que han causado asombro entre los ciudadanos.
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La particular caracterización del robot como el icónico personaje de El Chavo del 8 no fue casual. Los integrantes de Nix-Lab revelaron que llevaron a Cha-Bot al mercado Argüelles para elegir un disfraz con motivo de Halloween y optaron por el traje del personaje creado por Roberto Gómez Bolaños.
En redes sociales, acompañaron la publicación con la frase “Tenía que ser el Cha-Bot del 8” y una imagen haciendo referencia al clásico llanto del personaje, junto con el número 3.1416, valor de Pi, como guiño humorístico.
La viralización del video ha generado conversación sobre el impulso a la innovación local, la creatividad estudiantil y el papel de la robótica en la vida cotidiana, mostrando cómo proyectos académicos pueden trascender al espacio público y cultural.






