La habilidad diplomática de Beijing: Trump se atribuye una victoria comercial a cambio de tregua arancelaria
La cumbre entre el Presidente Xi Jinping y el Presidente Donald Trump en Busan sella un armisticio de un año, donde China reanudó compras de soya y pospuso restricciones de tierras raras, logrando la reducción de aranceles estadounidenses sin grandes concesiones estructurales.

Movimientos Estratégicos de Beijing en la Disputa Comercial
El clímax de meses de tensiones comerciales y represalias mutuas se produjo con la reunión cara a cara entre ambos líderes. La Administración Trump había intensificado la presión arancelaria, buscando concesiones significativas en propiedad intelectual y acceso a mercados.
Sin embargo, el factor decisivo en la negociación fue el movimiento escalonado de Beijing respecto a las tierras raras, minerales críticos esenciales para casi todas las tecnologías modernas (desde smartphones y vehículos eléctricos hasta armamento avanzado). A principios de octubre, China —que domina la producción y procesamiento global— había anunciado límites a las ventas, una amenaza capaz de paralizar sectores industriales clave en Occidente.
El mensaje del Presidente Xi Jinping parecía claro: la confrontación arancelaria perjudica a ambas naciones.
“Ambas partes deben tener en cuenta el panorama general y centrarse en los beneficios a largo plazo de la cooperación, en lugar de caer en un círculo vicioso de represalias mutuas”, declaró el líder chino, aludiendo a los meses de escalada.
Según analistas, la estrategia china fue efectiva: al activar y luego retirar temporalmente la amenaza de las tierras raras, forzó a Washington a buscar una tregua sin exigir cambios profundos. Zhu Feng, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Nankín, destacó que esta habilidad demostró a Washington que China puede “devolver el golpe”, obligando a la Administración Trump a “pensar dos veces antes de imponer nuevas medidas”.
Concesiones y la Narrativa de la Victoria en Washington
La cumbre permitió al Presidente Donald Trump presentarse ante el electorado como el ganador de la disputa. Desde el Air Force One de regreso, el mandatario estadounidense utilizó sus canales para anunciar la “victoria”, destacando:
- Compra de Soya: La reanudación de la compra de “cantidades enormes” de soya y otros productos agrícolas estadounidenses por parte de Beijing.
- Lucha contra el Fentanilo: El compromiso del Presidente Xi Jinping de tomar medidas más enérgicas para detener el flujo de precursores químicos de fentanilo hacia Estados Unidos.
- Reducción Arancelaria: El anuncio de una reducción a la mitad del arancel del 20% impuesto sobre ciertos productos chinos, lo que en términos generales disminuye los aranceles promedio sobre importaciones chinas del 57% a aproximadamente el 47%.
Por su parte, el Ministerio de Comercio chino confirmó la suspensión de los controles a las tierras raras por un año, que habían sido anunciados en octubre (sin hacer mención a restricciones anteriores), y la prórroga de la tregua arancelaria, originalmente prevista a expirar el 10 de noviembre.
Mientras que el Presidente Trump se atribuyó el mérito ante los agricultores y empresas, la realidad es que el acuerdo restableció en gran medida el statu quo previo, evitando la escalada más peligrosa (como la restricción total de tierras raras) que, según los expertos, habría sido una derrota para ambos bandos. Xi Jinping, en un tono conciliador pero firme, señaló que era “natural” que las dos principales economías tuvieran fricciones, pero insistió en el trabajo por el bien del desarrollo,
“Estoy dispuesto a seguir trabajando con usted para construir una base sólida para las relaciones entre China y Estados Unidos”, agregó Xi, citado por el diario japonés.
 




 
						


