Península de Yucatán entre las regiones que más consumen refrescos en México
Yucatán, Campeche y Quintana Roo destacan por su alto consumo de bebidas azucaradas, mientras Oaxaca reporta preocupantes cifras de obesidad infantil

La Península de Yucatán se ubica entre las regiones con mayor consumo de refrescos en México, situación que impacta la salud de la población, especialmente de los niños. Medidas como el aumento del IEPS buscan disminuir riesgos de obesidad y diabetes.
Los estados de la Península de Yucatán, Yucatán, Campeche y Quintana Roo, se encuentran entre las entidades con mayor consumo de refrescos en México, según datos del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conahcyt).
El estudio revela que Chiapas lidera el consumo per cápita de refrescos con 821.25 litros por persona al año, seguido de Tabasco y Oaxaca, donde se reportan entre 250 y 300 litros anuales por habitante. Otros estados con alta ingesta de estas bebidas son Veracruz, Guerrero, Hidalgo y Puebla.
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El alto consumo de bebidas azucaradas ha generado problemas de salud en la población, especialmente en menores de edad. En Oaxaca, una de cada cuatro niñas, niños y adolescentes sufre de obesidad infantil, lo que incrementa el riesgo de desarrollar diabetes y reducir la esperanza de vida. La pandemia de COVID-19 intensificó campañas como “Oaxaca sin chatarra”, promovidas por el Centro Calpulli, enfocadas en la alimentación saludable y prevención de enfermedades asociadas al consumo de refrescos y comida ultraprocesada.
El refresco de cola es la bebida preferida en fiestas y consumo diario. Por ejemplo, familias como la de Carlos, en el Istmo de Tehuantepec, consumen más de mil litros al año, solo con los refrescos que acompañan sus comidas familiares. Este consumo refleja la tendencia nacional que coloca a México entre los países con mayor ingesta de bebidas azucaradas en el mundo.
Ante esta situación, el Paquete Económico 2026 contempla aumentar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas azucaradas a 3.08 pesos por litro, incluyendo endulzantes no calóricos, con el objetivo de destinar estos recursos a atender enfermedades derivadas de su consumo. Especialistas consideran que la medida es positiva, pero sugieren que el incremento debería ser mayor, como recomienda la OMS, fijando el impuesto en siete pesos por litro.
Felipe Sánchez Rodríguez, director del Centro Calpulli, enfatiza la importancia de incentivar el consumo de alternativas más saludables y económicas, como agua natural, aguas de frutas de temporada, avena y agua de jamaica, para combatir la adicción al azúcar desde edades tempranas.