Un exmarine ataca una iglesia mormona con disparos y explosivos, dejando 4 víctimas
Una tragedia sacudió el domingo al estado de Michigan, cuando un exmarine abrió fuego en una iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, antes de prenderle fuego. El ataque, que un funcionario federal calificó como un “acto de violencia selectiva”, dejó un saldo de al menos cuatro personas muertas y ocho heridas, mientras que las autoridades continúan buscando a posibles desaparecidos entre los escombros del templo.
Una ráfaga de disparos en pleno servicio
El ataque ocurrió alrededor de las 10:25 a.m., mientras cientos de personas se encontraban en un concurrido servicio dominical. El atacante, identificado como Thomas Jacob Sanford, un exmarine de 40 años, se estrelló con una camioneta, que portaba dos banderas estadounidenses, en la iglesia, para después salir y comenzar a disparar. El hombre utilizó gasolina para prender fuego al recinto, el cual, según el jefe de policía, fue declarado como “pérdida total” después de horas de combate de las llamas por parte de los bomberos.
Un exmarine con un pasado en Irak
Según registros militares obtenidos por The Detroit News, el supuesto autor del tiroteo sirvió en los Marines de 2004 a 2008, y fue desplegado en Fallujah, Irak. En el ejército, Sanford alcanzó el rango de sargento y trabajó como mecánico de automóviles. Sus publicaciones en redes sociales indican que le gustaba la caza y la pesca, y una imagen de 2019 lo muestra con una camiseta de la campaña de Donald Trump 2020. Su pasado militar y su ideología están siendo investigados para determinar el móvil de este ataque.
La investigación y las implicaciones políticas
El tiroteo está siendo investigado por el FBI, que lo ha calificado como un “acto de violencia dirigida”. Los agentes registraron la vivienda de Sanford, pero no han revelado qué hallaron. La teniente de la Policía Estatal de Michigan, Kim Vetter, informó que, tras la muerte de Sanford, se recibieron amenazas de bomba en otras iglesias de la zona, lo que ha puesto en alerta a las autoridades. Las implicaciones políticas del ataque, que se produce en un contexto de polarización en Estados Unidos, están siendo analizadas por la opinión pública.
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Las reacciones al tiroteo y un llamado a la paz
El presidente Donald Trump elogió al FBI por su respuesta al tiroteo en una publicación en redes sociales, y pidió que la “epidemia de violencia en nuestro país debe terminar de inmediato”. La gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, también condenó la violencia, y afirmó que “la violencia en cualquier lugar, especialmente en un lugar de culto, es inaceptable”. Unas 100 personas se reunieron el domingo por la noche para un servicio de oración en The River Church, una iglesia cristiana ubicada a unas 5 millas del templo atacado. Muchos inclinaron la cabeza, algunos lloraron en silencio. Varias personas oraron en voz alta pidiendo sanación para las víctimas, sus familias y los socorristas.
Búsqueda de víctimas entre los escombros y la esperanza de la comunidad
Durante horas, los bomberos lucharon contra las llamas del gran edificio para buscar a los desaparecidos. El jefe de la policía local, William Renye, informó que dos de los cuerpos se hallaron entre los escombros, y advirtió que podrían aparecer más víctimas. La cifra de fallecidos fue subiendo gradualmente con el paso de las horas. Inicialmente, se reportó la muerte de una persona y alrededor de las 8:00 pm (hora del Este) el número ascendía ya a por lo menos cuatro. Uno de los heridos seguía en estado crítico el domingo por la noche, mientras que los otros siete estaban estables. La comunidad se une en un acto de fe y solidaridad, pidiendo por la sanación de las víctimas, sus familias y los socorristas.
