“Naked Wine”, el vino sin maquillaje – parte 1
Descorchando tus sentidos-Por: Sandra Fernández

En una era donde lo orgánico, lo sustentable, lo auténtico ganan cada vez más terreno y más adeptos, el mundo del vino no se queda atrás. Un movimiento silencioso —pero cada vez más influyente — está creciendo entre productores y consumidores, el llamado naked wines o “vinos desnudos”. El término no tiene solo un contexto o una sola conceptualización, por lo que se está prestando para que estamos todos y todas un poquito confundidos. Mejor conocidos como vinos independientes, pero también como vinos naturales y también como el nombre de una empresa global de venta online de este tipo de vinos, cuya plataforma se llama también Naked Wines, hoy convivimos con todos estos nombres y no sé si los estamos usando y entendiendo correctamente. ¿Es una moda? Lo cierto es que es un concepto que se retoma del pasado, por lo que no quisiera llamarlo una moda, pues aunque si es una tendencia, es un regreso al pasado con técnicas modernas, que el tiempo y la tecnología han logrado un estudio y una investigación más profunda. De superficial no tiene nada, al contrario, entenderlo es mas complejo, tanto como complejo es entender sus aromas y sabores. Fascinante también entender el perfil del consumidor que se ha vuelto fan de las elaboraciones naturales.
Pero, ¿qué es exactamente un “vino natural” contra un vino de elaboración “independiente”, contra un vino “naranja”?
Vinos naturales también conocidos como vinos de mínima intervención, con lo cual ya nos complicamos todavía más por tanta terminología- son elaborados con mínima intervención tanto en el viñedo como en la bodega. Esto implica uvas cultivadas sin pesticidas, sin fertilizantes químicos, pueden o no ser estrictamente orgánicos (aunque la tendencia es que los cultivos si lo sean). La fermentación sucede de forma espontánea, con levaduras autóctonas (aquellas presentes en la piel de la uva y en el ambiente), y “sin apoyo” de la mano humana mientras sucede la vinificación. En otras palabras, el vino, tal como es, lo cual implica en la mayoría de las elaboraciones que constituyen esta filosofía que el vino no se apoyara tampoco de una filtración o una clarificación. El no hacer estos pasos hace que microrganismos orgánicos se queden presentes en el vino resultando en vinos de aspecto turbio o nebuloso, y aromas a ácido acético(vinagre), y otros que recuerdan el moho mojado, la cerveza en proceso de fermentación, el lúpulo, etc. ¿Polémico? Por supuesto, pues no podemos negar que los avances en la industria del vino han sido enormes, como en muchas otras industrias, logrando productos que precisamente se alejaban de rastros de aroma a vinagre y a lo demás mencionado. Los avances en el mundo del vino han logrado etiquetas grandiosas, diversidad, complejidad, vinos cuyo privilegio era será limpios y pulcros, sin aristas desentonadas, alejados de aromas “off” que pareciera que eso se aplaude hoy dia cuando llevamos años tratando de lograr alejarnos de ello. El vino no se hace solo y el talento humano también es parte de la formula. Lograr destacar el terroir y el entorno donde se ubican los viñedos, proyectar en el vino la tipicidad de la o las uvas no se logra solo, se logra con la intervención humana, lo que el movimiento de vino natural quiere alejar. La uva no se exprime sola, ni se cosecha sola, ¿o sí?
¿Qué tendencia está castigando a cuál? En mi opinión los mejores resultados hoy dia, hablando solo de vinos de mínima intervención, grandiosos resultados dirían yo, son aquellas elaboraciones naturales que si están clarificando y filtrando al final del proceso, donde el mínimo uso de sulfito no esta alejado ni peleado de terminar un vino convenientemente. Esa frescura que ganan los vinos con la nitidez aromática típica de la uva y no de los residuos del proceso es preciosa y la mineralidad que logran proyectar los vinos, ese sabor y ese aroma al suelo y al entorno que resultan en el vino final simplemente enamoran y provoca una reverencia. Beber un vino de color y aspecto limpio, brillante, cuidado, vivo, es también algo que en lo personal sigo apreciando. El rescate de viñedos antiguos, como digo yo – viñedos patrimoniales- centenarios- bajo esta técnica dan resultados increíbles como los elaborados por L´Enclos de Roc y Leo Gramona, Tentenublo Wines de Roberto Oliván, Artuke de la familia De Miguel, Rudeles de la unión de amigos viticultores de Soria. Todos estos vinos los pude probar esta semana y me tienen enamorada por lo que son y por quienes los elaboran. El talento detrás de lograr estas joyas modernas con vides antiguas habla de respeto. Respeto por ellos, por el entorno y por nosotros, el paladar agradecido que los probamos.