
El arresto que sacudió al automovilismo
La madrugada del domingo en la Zona Oeste de San Pablo, la Policía detuvo a Tarso Marques, ex piloto de Fórmula 1 de 49 años, bajo la sospecha de receptación de un Lamborghini Gallardo robado. El operativo se produjo durante un control de rutina, cuando los agentes descubrieron que el vehículo circulaba sin placas de matrícula.
Según la investigación, el auto arrastraba deudas por más de 1,3 millones de reales brasileños (unos 7 millones de dólares) en impuestos y multas, además de contar con restricciones legales y una licencia vencida desde 2013. Ante la imposibilidad de acreditar su legalidad, Marques fue arrestado y trasladado al 14º Distrito Policial, acusado de recepción de bienes robados y alteración de la identificación de un vehículo.
Un pasado deportivo prometedor, truncado por el dopaje
Marques nació en Curitiba, Brasil y desarrolló una carrera ascendente en el automovilismo: destacó en la Fórmula 3 Sudamericana en 1993, compitió en la Fórmula 3000 y debutó en la Fórmula 1 en 1996 con Minardi, escudería con la que compartió equipo en 2001 junto a un joven Fernando Alonso.

Aunque Minardi solía ocupar las últimas posiciones, Marques logró dos novenos puestos en los Grandes Premios de Brasil y Canadá, considerados meritorios para el equipo. También pasó por la CART (actual IndyCar) en 1999-2000 y en el Stock Car brasileño entre 2006 y 2011.
Sin embargo, su trayectoria quedó marcada por un escándalo de dopaje en 2011, cuando la revista Warm Up reveló que dio positivo por norantosterona e hidroxiestazolol, lo que le costó una suspensión de dos años.
De la televisión a los negocios
Fuera de las pistas, Marques se mantuvo activo en la televisión brasileña, participando en programas como Caldeirão do Huck y Auto Esporte, ambos de TV Globo. También fundó una empresa especializada en la modificación de autos y motos, consolidando su imagen como celebridad vinculada al mundo motor.
La caída de un ex piloto
El presente contrasta con sus días de gloria: la Policía paulista evitó identificarlo en su comunicado oficial, pero las imágenes del Lamborghini incautado coincidieron con las que el propio Marques había compartido en redes semanas antes.
El caso podría ampliarse si se comprueba que el vehículo formaba parte de una red de evasión fiscal o importaciones irregulares, según fuentes citadas por The Washington Post.
Hoy, Tarso Marques enfrenta un nuevo capítulo judicial que podría sellar definitivamente su nombre, ya no como promesa del automovilismo brasileño, sino como protagonista de un drama personal marcado por excesos, sanciones y ahora, prisión.