La caleta de Lerma: rincón escondido de Campeche que guarda la paz del mar
La caleta de Lerma no ofrece espectáculos, pero entrega algo más valioso: tiempo detenido.

A escasos minutos de la ciudad de Campeche, el poblado pesquero de Lerma resguarda un secreto que pocos turistas conocen: su caleta. Un rincón sereno donde el mar se mezcla con la vida diaria de pescadores y el vaivén de pequeñas embarcaciones. Es un sitio sin pretensiones, pero con una atmósfera que atrapa, ideal para quienes buscan autenticidad y silencio frente al mar.
La caleta de Lerma no ofrece espectáculos, pero entrega algo más valioso: tiempo detenido. Aquí, el sol cae sin prisa sobre los techos de lámina y las redes extendidas, mientras las gaviotas sobrevuelan la espuma salobre. Es un lugar que no necesita adornos para impresionar; basta con sentarse en el muelle y dejar que el mar cuente su historia.

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Este espacio representa la esencia del Campeche costero: tradición, trabajo, y una profunda conexión con la naturaleza. A diferencia de otros destinos más concurridos, la caleta mantiene su perfil bajo, permitiendo una experiencia íntima con el paisaje. Los locales, amables y reservados, conservan un ritmo de vida que invita a la pausa y al respeto por el entorno.

Visitar la caleta de Lerma es reencontrarse con el mar desde otro lugar, lejos del turismo ruidoso y cerca de lo esencial. En tiempos donde la prisa lo invade todo, este pedazo de costa campechana ofrece un respiro honesto. Un destino que no presume, pero que deja huella.