La leyenda del Pirata Barbillas: el fantasma más temido del puerto de Campeche
Se dice que Barbillas traicionó a su propia tripulación para quedarse con un cofre de oro robado a los españoles.

En el corazón del Golfo de México, entre murallas coloniales y callejones empedrados, aún se susurra el nombre del Pirata Barbillas, uno de los espectros más célebres de Campeche.
Cuenta la leyenda que fue un corsario despiadado, temido por marinos y comerciantes del Caribe, cuya barba trenzada y mirada de fuego aterraban sin necesidad de disparar un cañón.
Se dice que Barbillas traicionó a su propia tripulación para quedarse con un cofre de oro robado a los españoles. Pero la codicia le costó caro: lo atraparon y lo colgaron en la plaza central del puerto. Antes de morir, juró que ningún alma en Campeche descansaría si su tesoro quedaba sin dueño. Desde entonces, su fantasma vaga por los baluartes cada noche de luna llena.
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Testigos aseguran haberlo visto merodeando por el malecón, arrastrando cadenas o riéndose con voz hueca entre la niebla. Otros dicen que su barco aparece en el horizonte, iluminado por antorchas que nunca se apagan. En Campeche, el miedo se mezcla con la fascinación: nadie se atreve a buscar su tesoro, pero todos saben dónde podría estar.
Hoy, el Pirata Barbillas es parte viva del imaginario campechano. No hay tour ni leyenda urbana sin su presencia. Y aunque nadie ha probado su existencia, pocos se atreven a negar que, cuando el viento sopla fuerte desde el mar, hay algo más que brisa rondando los muros antiguos.