La muralla de Campeche: piedra firme contra el olvido
Más que un atractivo turístico, esta estructura de más de 350 años es la columna vertebral del Centro Histórico de San Francisco de Campeche.
Desde el aire, el trazo es casi perfecto: un hexágono de piedra que encierra siglos de historia. En tierra, es aún más impresionante: la muralla de Campeche, con sus fuertes, baluartes y pasajes secretos, sigue en pie como testigo mudo de los días en que la costa mexicana temía el asalto de piratas.
Más que un atractivo turístico, esta estructura de más de 350 años es la columna vertebral del Centro Histórico de San Francisco de Campeche, declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en 1999. Y aunque hoy se camina con calma por sus calles adoquinadas, hubo una época en que este muro separaba la vida del saqueo.
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- Contra piratas y el tiempo
Construida entre los siglos XVII y XVIII, tras constantes ataques de corsarios ingleses y holandeses, la muralla fue una respuesta de resistencia. Cada baluarte (como el de San Carlos, La Soledad o San Francisco) funcionaba como punto de vigilancia, arsenal y símbolo de soberanía.
Hoy, muchos de estos baluartes están convertidos en museos, centros culturales y miradores, y forman parte de una ruta que permite al visitante no solo recorrer el muro físico, sino también la memoria colectiva de Campeche.
- Patrimonio que late
Hablar de la muralla de Campeche no es hablar de piedras viejas. Es hablar de identidad, de orgullo regional, de arquitectura que no se dejó vencer por la selva ni por el salitre del mar. Es una joya que se mantiene viva, no solo por su conservación, sino por la forma en que se ha integrado a la vida moderna: entre cafés, galerías y celebraciones populares que ocurren a su sombra.



