El Chivo Brujo y La Llorona de Campeche: la leyenda urbana que se convirtió en una comedia de terror
Lo que comenzó como una noche de miedo terminó en una inolvidable lección de valentía, humor y superstición en los caminos de Campeche.

En Campeche, la leyenda del Chivo Brujo y La Llorona trascendió el miedo gracias a Lorenzo y su novia, quienes al intentar enfrentar el mito, terminaron dando origen a una historia que hoy mezcla el misterio con el humor popular.
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En el imaginario popular de Campeche, pocas leyendas son tan recordadas como la del Chivo Brujo y La Llorona, dos figuras que, según se decía, recorrían los caminos solitarios en las noches más oscuras y llenas de niebla. Para muchos, no eran más que contrabandistas disfrazados que aprovechaban el temor colectivo para operar con libertad.
La historia da un giro inesperado con la aparición de Lorenzo, un joven vecino con más valor que miedo. Decidido a desenmascarar a los supuestos espectros, ideó un plan: él se vestiría como el Chivo Brujo, mientras su novia, igualmente valiente, encarnaría a La Llorona. Así, ambos salieron al encuentro del mito… solo para asustarse mutuamente al verse entre sombras.
Lo increíble sucedió cuando, en plena confusión, se toparon con los verdaderos contrabandistas, quienes sorprendidos les preguntaron si habían visto a las temidas figuras. El miedo cambió de bando: los delincuentes huían del mismo mito que usaban para aterrorizar.
Desde entonces, el relato se convirtió en una leyenda urbana contada en cada rincón del estado. No solo dejó lecciones sobre el valor, también provocó risas y se convirtió en símbolo de cómo el miedo puede engañarnos… incluso cuando somos nosotros mismos quienes lo provocamos.