
Con todo lo que está pasando me pregunto, junto con en el mundo: ¿Y la ONU? La verdad es que la Organización de las Naciones Unidas en repetidas ocasiones se ha quedado corta o no ha podido responder en lo absoluto a los grandes conflictos internacionales. Hoy parece que cuando más se necesita, menos está. Uno pensaba que un foro donde todas las naciones pudieran discutir los problemas internacionales era buena idea; y aunque en algunos momentos sí lo fue, hay muchos otros en los que no. Poco a poco -o a grandes pasos- el mundo ha cambiado; sin embargo, la ONU parece no avanzar, quedándose en el pasado.
Por poner un ejemplo, en 1994 se desplegaron en Ruanda los Cascos Azules, fuerzas armadas de la ONU, para intentar estabilizar un país que se iba a pique debido a los conflictos étnicos que había entre hutus y tutsis. El 7 de abril de 1994, 10 Cascos Azules fueron asesinados, causando la retirada de estos. Esta retirada causó un genocidio que duró meses, hasta el 15 de julio de ese mismo año. Todo bajo la mirada de las Naciones Unidas que seguían con tropas en la región, pero completamente inmóviles, sin poder actuar. En el 2003 Estados Unidos, miembro permanente, le propuso al Consejo de Seguridad de la ONU (CSNU), ejecutar una invasión a Irak, debido a que estaban desarrollando armas de destrucción masiva, es decir bombas nucleares. México, el cual era miembro no permanente del CSNU, votó decisivamente en contra de la invasión, volviéndola ilegítima.
De todas maneras, Estados Unidos y Gran Bretaña, la cual también es miembro permanente, continuaron con el ataque, debilitando así el poder de la ONU y poniendo en un fuerte cuestionamiento la utilidad de sus mecanismos. Otro de los casos de ineficiencia fue la invasión a gran escala de Rusia a Ucrania en 2022, pues fue la primera vez en 20 años que una potencia decidió iniciar una guerra y la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que una potencia intenta ganar territorio. Todo esto cobra relevancia porque en la presidencia del Consejo de Seguridad se encontraba Rusia, otro de los miembros permanentes.
El último ejemplo que quiero comentar es el de la guerra de Israel en contra de Gaza, Líbano e Irán. Ante las miradas del mundo entero, Israel de la mano de su primer ministro, Netanyahu, están cometiendo crímenes de guerra y de lesa humanidad. La ONU, por su parte, no ha hecho nada para detenerlos, incluso aunque el ejército israelí está atacando convoyes y ayudas humanitarias de la misma ONU.
Estados Unidos, por el contrario, no se ha quedado de brazos cruzados, pues el pasado sábado bombardeó instalaciones nucleares en Irán, sin el consentimiento del CSNU y pasando por encima de su propio congreso. Aunque la ONU ha hecho grandes cosas por la humanidad, ha logrado tratados importantes e incluso ha detenido conflictos armados, no podemos dejar de lado las importantes fallas que ha estado teniendo. No quiero decir que por eso sea mejor desaparecerla, pero creo que tiene que sufrir cambios sustanciales, pues ya no vivimos en el mundo de 1945, época en la que fue creada. Vivimos en un mundo multipolar donde ya no hay únicamente dos potencias encontradas; ya son muchos intereses que estados, regiones y alianzas están dispuestas a defender, incluso si esto implica pasar por encima de la estabilidad global que daba la ONU.
Es irónico que, mientras habemos personas que nos preguntamos con fe ¿y la ONU?, algunos de sus países fundadores, como Estados Unidos y Gran Bretaña, ya ni la toma en cuenta; Rusia que fue también precursora descaradamente ya ni la escucha. El mundo ha cambiado, pero la ONU y sus estrategias para la búsqueda de paz parecen haberse congelado en el tiempo.