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Huápoca, joya arqueológica de Chihuahua: las casas acantilado de la Sierra Tarahumara

Explora uno de los tesoros escondidos de México en Madera, Chihuahua: estructuras milenarias construidas en cuevas por los antiguos habitantes de la cultura Paquimé.

Ubicada en el corazón de la Sierra Tarahumara, la zona arqueológica Huápoca ofrece una experiencia única: recorrer casas construidas en acantilados, testimonio del ingenio de los pueblos prehispánicos del norte. La belleza natural se fusiona con la arquitectura ancestral en este impresionante sitio habitado desde el año 1000, que invita a descubrir la historia viva de Oasisamérica.

En el remoto paisaje montañoso de Chihuahua, la zona arqueológica Huápoca se alza como un vestigio extraordinario de la civilización prehispánica que habitó la Sierra Tarahumara. Localizada en el municipio de Madera, este conjunto de casas construidas en acantilados es uno de los mayores exponentes de la cultura Paquimé fuera de Casas Grandes.

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Estas viviendas, erguidas en las cavidades naturales de los cañones, están hechas de adobe y madera, y reflejan la adaptación magistral de sus constructores al entorno rocoso. Algunas cuentan con varios niveles y detalles únicos, como puertas en forma de “T”, plazas comunales y graneros colectivos, que revelan una sociedad altamente organizada.

Las estructuras comenzaron a erigirse alrededor del año 1000 por grupos de la tradición Mogollón, vinculados posteriormente a la poderosa ciudad de Paquimé. Huápoca habría funcionado como un asentamiento agrícola periférico en el fértil valle del río Papigochi.

El sitio arqueológico incluye tres unidades principales: la Cueva de la Serpiente, la más destacada, con 20 cuartos bien conservados y pasillos conectados; la Cueva del Mirador, que muestra vestigios de hasta dos pisos y antiguos graneros; y el Nido del Águila, donde aún es posible estudiar las técnicas de construcción a pesar de su deterioro.

Para acceder al sitio se parte del pueblo de Madera, siguiendo un camino de terracería de 35 km hacia el oeste. Desde el estacionamiento, una caminata de 25 minutos conduce a las cuevas. La experiencia es ideal para amantes de la historia, la arqueología y la naturaleza, pues Huápoca combina majestuosidad escénica con un legado cultural invaluable.

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