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Palma de Oro en Cannes, para el director iraní Jafar Panahi

El Teatro Lumière vivió una de las mayores ovaciones de su historia después de que Cate Blanchett diera un sentido discurso acerca de la importancia del cine más allá del entretenimiento para dar paso a la Presidenta del Jurado, Juliette Binoche y confirmar que la Palma de Oro de esta 78ª edición era para Un simple accidente, del iraní Jafar Panahi.

Una Palma perfecta en forma y fondo, pues además de que la cinta es encomiable a nivel artístico, también pone bajo los reflectores a uno de los realizadores más comprometidos con su país de la historia. Y es que Jafar Panahi es uno de los muchos artistas al que el régimen de Irán ha encarcelado, vejado y amedrentado para que desista de crear obras que considera peligrosas y contrarias a sus intereses.


A Panahi se le prohibió viajar durante 20 años así como hacer películas tras ser detenido durante 88 días y liberado con estas restricciones tras pagar una fianza de 160 mil euros. Con la Palma de Oro Panahi tiene el “Gran Slam” del cine pues también posee el Oso de Oro de Berlín (Taxi, 2015) y el León de Oro de Venecia (El círculo, 2000).


Cabe mencionar que esta es la primera Palma de Oro para Panahi, pero el Festival de Cannes ya le ha otorgado otros cuatro galardones en distintas categorías a lo largo de su prolífica carrera. Sus cintas, la mayoría filmadas en clandestinidad, plasman una mirada social y profunda. Son historias contadas con maestría y belleza.


En la Ceremonia de clausura, cuando por fin subió al estrado Panahi, pues le costó levantarse de la silla y creer que había logrado el máximo premio del cine, lo primero que dijo fue, “es muy difícil hablar… Permítanme agradecer a mi familia y pedirles perdón por todo el tiempo que he estado en prisión… Y a todo el equipo que me ha acompañado para hacer esta película juntos, al igual que al equipo en Francia que me ayudó en la postproducción. Era imposible hacer este filme sin un equipo comprometido. Creo que es el momento para pedirle a todos los iraníes que pongamos nuestros problemas y diferencias de lado y nos centremos en que lo más importante es nuestro país y su libertad. Que nadie se atreva a decirnos qué hay que decir o qué no hay que hacer”, finalizó.

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Y es que el Séptimo Arte ha sido su herramienta para hablar de lo que ocurre en Irán y desde el que ha resistido todos los intentos por apagar su deseo y posibilidades de filmar.


En Un simple accidente lo que comienza como un infortunio sin importancia desata consecuencias desastrosas en un filme que es un thriller y una denuncia social a la vez. Panahi, pese a todo, no ha dejado de mostrar en sus películas la corrupción y despiadada gestión del sistema iraní. Y con esta película se corona siendo un símbolo de cómo el cine es un instrumento de libertad.


Más adelante en la rueda de prensa Binoche, acompañada del resto del Jurado conformado también por la actriz Halle Berry, la directora Payal Kapadia, la escritora y activista Leïla Slimani, el director Dieudo Hamadi, el cineasta Hong Sang-soo, el director mexicano Carlos Reygadas, el actor Jeremy Strong y la actriz italiana Alba Rohrwacher explicó el por qué de la decisión.


“Estoy muy contenta de darle este premio a Panahi porque también habla de la importancia de superar la venganza y trascenderla. Es un gesto artístico de resistencia y de una esperanza loca”, apuntó la estrella francesa. Jeremy Strong agregó, “creo que en todas estas películas se puede leer el poema dentro del poema. Y el faro que todos tuvimos desde que empezó este Festival era encontrar las cintas que tuvieran trascendencia y profundidad en un mundo tan complicado”.


Acerca de la pregunta obligada de cómo se sentía el Jurado en general acerca de las discusiones que los llevaron a decidir los ganadores, Reygadas expresó, “todo lo que es diferente entre nosotros nos ha dado la luz. Nos hicimos buenos amigos”, aseguró el mexicano.


Halle Berry, sentada a su lado en la rueda de prensa continúo la respuesta poniéndole la mano en el hombro al cineasta mexicano y agregó, “la belleza de la Riviera francesa me acompañará por siempre, así como las amistades que estoy segura durarán toda la vida”.


Coralie Fargeat y Jeremy Strong entregaron el Gran Premio del Jurado a Sentimenal Value, de Joachim Trier. Una cinta intimista de valores familiares y el poder del arte.
El premio a la Mejor interpretación femenina fue para Nadia Melliti por su trabajo en la película La petite dernière, de Hafsia Herzi.


Un emocionado Kleber Mendonça Filho se hizo con el Premio a Mejor dirección por su filme El agente secreto, un thriller situado en los años 70’s con una lectura sociopolítica que le sigue hablando al presente.


El Premio del Jurado fue ex-aqueo para el filme Sirat, de Oliver Laxe que cimbró al Festival desde el día de su presentación con una película que se centra en un padre en búsqueda de su hija en los raves del desierto marroquí y cuyo viaje se convierte en una metáfora de Occidente. El otro filme con el que se compartió este premio fue Sound of Falling, de Mascha Shilinski que conmovió por su sutileza y sello de autor y que fue entregado por el mexicano Carlos Reygadas.


Jonh C. Reilly fue el elegido para entregar el premio a Mejor guión que fue para Luc y Jean-Pierre por la película Jóvenes madres. El actor cantó La vida en rosa y aprovechó para hacer una broma en referencia al apagón que sufrió Cannes y toda la región en la mañana diciendo que se sentía que la sala estaba llena de electricidad provocando algunas risas.


El premio a Mejor interpretación masculina fue para Wagner Moura. La recibió en su nombre el director brasileño Kleber Mendonça por The Secret Agent.
Resurrection del director Bi Gan obtuvo un Premio especial por el filme que es una exploración a los cien años de creación cinematográfica china.

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