Corte Suprema de E.U.A., debate sobre la ciudadanía por derecho de nacimiento en medio de tensiones migratorias

La Corte Suprema de EE.UU. se encuentra en el centro de un intenso debate sobre la ciudadanía por derecho de nacimiento, un principio consagrado en la Decimocuarta Enmienda que ha sido cuestionado por el expresidente Donald Trump y sus aliados. El alto tribunal anunció en abril que revisaría la congelación nacional de una orden ejecutiva de Trump que buscaba limitar este derecho, reviviendo una discusión constitucional que parecía resuelta.
Trump defendió su postura en declaraciones públicas, afirmando que la enmienda “trata de la esclavitud” y no de “que lleguen turistas y toquen un trozo de arena y de repente haya ciudadanía”. Sin embargo, juristas y tribunales han sostenido por más de un siglo que la enmienda garantiza la ciudadanía a quienes nacen en suelo estadounidense, independientemente del estatus migratorio de sus padres.
La teoría que desafía esta interpretación fue impulsada inicialmente por John Eastman, un académico conservador vinculado al Instituto Claremont, cuyo trabajo influyó en Trump. Eastman argumenta que la enmienda no aplica a hijos de migrantes indocumentados o residentes temporales. “Llevan décadas insistiendo en ello”, señaló John Yoo, profesor de la Universidad de California, refiriéndose a los partidarios de esta visión.
La orden ejecutiva de Trump, firmada al inicio de su segundo mandato, fue bloqueada por cortes federales, que citaron el fallo Estados Unidos vs. Wong Kim Ark (1898), donde la Corte Suprema confirmó la ciudadanía por nacimiento. Grupos defensores de migrantes sostienen que este derecho es “el núcleo del precepto fundacional de nuestra nación”.
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En las audiencias recientes, los jueces analizaron si los tribunales inferiores pueden emitir suspensiones nacionales de políticas presidenciales, pero el trasfondo del caso sigue siendo la validez de la ciudadanía por nacimiento. Eastman, ahora figura polémica por su rol en el intento de anular las elecciones de 2020, insiste en que su interpretación “está respaldada por la historia”.
Mientras tanto, expertos como Ilan Wurman, de la Universidad de Minnesota, reconocen que Trump logró poner “sobre la mesa” debates antes marginales. “Cuestiones que se creían zanjadas ahora están en discusión”, admitió. La Corte Suprema podría emitir un fallo antes de fin de año, con implicaciones profundas para la identidad nacional y los derechos migratorios.
El caso refleja la polarización en torno a la Constitución y el legado de Trump, cuyas políticas aún reverberan en los tribunales. La Casa Blanca declinó comentar, pero la resolución marcará un precedente histórico en un país donde la ciudadanía por nacimiento ha sido pilar de la inclusión.