Opinión

“No saber nos limita”

En tiempos de Incertidumbre, la única constante es la ignorancia.

El otro día fui al súper por lo de siempre: mi cereal favorito. Llevo años comiendo el mismo, mismo empaque, mismo sabor y estante, pero ese día… no estaba.

Busqué una, dos, tres veces y nada. Había 20 cajas parecidas, algunas nuevas y otras con frases como “más fibra”, “menos azúcar”, “edición limitada”, pero la mía, no.

Y ahí me quedé, parado frente al estante de cereales, con el carrito atravesado en el pasillo, viéndolo todo y sin saber qué hacer.

Pasaron cinco minutos y en lugar de elegir otra, empecé a hacerme preguntas:

¿Será que ya no lo van a traer?, ¿Lo quitaron?, ¿Subió de precio?, ¿Lo están reformulando?, ¿Y si mañana regresa?, ¿Si me equivoco llevándome otra?, ¿Y si espero?

Y entonces me pasó algo raro, me fui sin comprar nada. No fue por falta de opciones ni por falta de ganas, sino porque no sabía qué estaba pasando y ese no saber, me congeló.

Esa es la misma cara que veo en muchos líderes hoy, gerentes, directores y equipos completos, revisando planes, rebotando escenarios, escuchando nuevas metas que llegan cada semana y pensando:

¿Y si esperamos a que se estabilice el presupuesto?, ¿Y si primero vemos qué decide la matriz?, ¿Y si esa propuesta es buena, pero no es el momento?, ¿Y si mejor no la presentamos todavía… hasta que bajen los nervios? No es que falten ideas ni tampoco caminos, es que no hay certeza.

Ese vacío —ese silencio incómodo del “no sabemos”— nos está dejando inmóviles.

PERO… Aquí Está la Gran Lección

No era el cereal, no era una gran decisión; era el miedo a no saber y eso es exactamente lo que estamos viviendo hoy.

No es solo la inflación ni las tasas, tampoco el clima político, ni las nuevas exigencias globales, no es solo el tipo de cambio, el nearshoring o los reportes que nadie entiende; es la incertidumbre.

Eso que nadie quiere decir en voz alta, pero que todos sienten en el estómago. Eso que paraliza, pero que disfrazamos con frases como:

“Estamos siendo cautelosos”, “vamos a esperar a tener más información” o “no es el momento” y mientras tanto… los equipos se enfrían, los proyectos se diluyen, las ideas se llenan de polvo y el liderazgo… desaparece.

Porque el verdadero liderazgo aparece cuando no hay GPS. Cualquiera puede liderar con mapa, con datos claros, con presupuesto definido y con dirección obvia.

El liderazgo de verdad aparece en la niebla, cuando no hay respuestas, cuando no hay ruta, cuando todo parece confuso… y aun así, alguien se levanta y dice: vamos por acá. Ese es el líder que hoy necesitamos y no el que espera; sino el que se mueve aún sin garantías.

La gente sigue a quien se mueve cuando nadie más lo hace. Ahí es donde se nota quién lidera y quién solo administra.

Soy Mario Elsner
Te acompaño al siguiente nivel.
Vamos juntos a revolucionar tu liderazgo.
¿Quieres que te lo convierta a reel o a carrusel ahora? Este está para romperla en todos los formatos.

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button