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¿Campeche fue tierra de piratas?

Pocas ciudades mexicanas pueden presumir una historia tan vibrante y llena de aventuras como San Francisco de Campeche

Pocas ciudades mexicanas pueden presumir una historia tan vibrante y llena de aventuras como San Francisco de Campeche, capital del estado del mismo nombre. Sus murallas, baluartes y callejones empedrados no solo adornan el paisaje colonial: cuentan una historia real de saqueos, resistencia y corsarios. Sí, Campeche fue tierra de piratas, y el legado de esa época sigue vivo entre sus piedras centenarias.

Un puerto deseado por todos

En el siglo XVII, Campeche era uno de los puertos más importantes del Golfo de México. Desde sus muelles partían maderas preciosas, palo de tinte, miel, sal y otros productos codiciados por Europa. Su riqueza lo convirtió en un blanco constante de ataques por parte de piratas y corsarios que surcaban el Caribe en busca de botines fáciles.

Entre los asaltantes más famosos están nombres que parecen salidos de novelas, pero que fueron bien reales: Laurens de Graaf, el temido corsario neerlandés; Henry Morgan, símbolo del saqueo en el Caribe; y Jean-David Nau “El Olonés”, uno de los más crueles. Estos piratas no solo robaron cargamentos, sino que en varias ocasiones saquearon e incendiaron la ciudad.

Una ciudad amurallada por necesidad

Cansados de los continuos ataques, los campechanos —con apoyo de la corona española— iniciaron en 1686 la construcción de una muralla que protegiera la ciudad. El resultado fue un sistema defensivo único en el país, conformado por ocho baluartes, una muralla de 2.5 km y fuertes exteriores como San José el Alto y San Miguel.

Este esfuerzo convirtió a Campeche en la única ciudad amurallada de México y en uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar colonial en América Latina. En 1999, la UNESCO la reconoció como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

El legado pirata hoy

Campeche lo ha convertido en parte de su identidad turística y cultural. Cada año se realizan festivales, recreaciones históricas y recorridos nocturnos donde guías vestidos de corsarios cuentan historias de espadas, pólvora y resistencia.

Museos como el Fuerte de San Miguel, el Baluarte de San Carlos y el Museo de la Ciudad permiten conocer a fondo esta etapa histórica con mapas, cañones, documentos y armas originales.

Holdaris Selvera Tuz

Lic. En Ciencias de la Comunicación Egresada del Centro Universitario de Valladolid Experiencia como editora web en medios de comunicación

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