Flores, dragones y algo más…

Estamos en una semana muy potente porque es la que está entre los dos eclipses de la primera temporada. Llega el mensaje que une ambos eclipses.
Recuerda que para entender que se está moviendo debes revisar tu zona Virgo y Aries de tu carta natal, y las casas y planetas involucrados. Lo que está ocurriendo en este momento en tu vida tiene que ver con esas áreas.
El próximo 29 de marzo nos llega el último eclipse de la temporada Aries-Libra, cerrando así un ciclo kármico en nuestra vida, revisa fin del 2016 y 2017 de tu vida, ¿algo te resuena con ahora?
Esta energía nos invita a darnos los momentos necesarios para nosotros, para descansar, para conectarnos con nuestras necesidades. Ahora más que nunca necesitamos habituarnos a nosotros mismos y callar un poco el ruido externo.
A veces puede resultar complicado desapegarnos de esto, pero es necesario tomar el tiempo para cuidarnos. Somos nosotros los que estamos percibiendo todo esto, si no cuidamos nuestro cuerpo, nuestra salud, ya sea física, emocional o mental, entonces descuidamos nuestro mundo, todo nuestro entorno.
Se trata del período más caliente del año que ayudará a terminar con las relaciones tóxicas. Habrá impulso para transformar realidades que eran impensables en otro momento. Este es el año del cierre de las relaciones fachada. Esta energía da apertura a fortalecerse el nuevo paradigma relacional que busca relaciones conscientes.
Luego de tanto encendernos, ahora es tiempo de ir paso a paso a ver qué nos pasa; por si no lo sabías, estás haciendo lo mejor que puedes y lo estamos haciendo muy bien.
Estás aprendiendo a tener paciencia, soltar la perfección, el control, el reconocimiento, la validación, la autoexigencia desmedida, el querer entender todo el tiempo y desarmarte de una buena vez. Hay veces que lo damos todo y las cosas no suceden cómo y cuándo queremos. Porque todo tiene su lugar y cada cosa llega a su momento, ni antes ni después. Todo es un proceso.
Ten confianza en el Universo que todo responde a un orden y a una razón de ser. Por otro lado, nunca te rindas, algunas cosas buenas de la vida siempre llevan su tiempo: los agradeceres, aprender algo nuevo, amarse a uno mismo, organizar un viaje, preparar una receta y coincidir con algunas personas.
Y es que algunas cosas pueden parecer nada y lo son todo. Hay que saber ver, aprender a apreciar lo menudo y a evitar lo que solo hace bulto. Nada que parece grande ni reluce en exceso tiene gran validez. Lo bueno es aquello que sin grandes destellos lo llena todo.
El arte de discernir es como un cuchillo que, a través de la auto observación separa, ordena y da valor a lo importante. Además, que todo te venga bien es negar todo lo que te hace mal.
Somos procesos lentos, laberínticos, como ola que te revuelca en mar abierto, te quieres salir, pero te atrapa, estás dentro de él. Solo manteniendo la calma puedes salir.
Se trata de ir despacio, recuerda que lo que el corazón calla, la mente lo entierra, el alma se quiebra y el cuerpo se enferma. Lo que el corazón habla, la mente calla, el alma despierta y el cuerpo empieza a sanar.
No podríamos estar toda la vida accionando del mismo modo o vivir con las mismas creencias limitantes debido a que estamos en constante movimiento, eso es lo único que nos mantiene vivos. ¡Viviendo!
Y como dijo Neruda:
Necesito del mar porque me enseña:
No sé si aprendo música o conciencia,
No sé si es ola sola o ser profundo.
¡Lo que antes me enseñó, lo guardo! Es aire,
Incesante viento, agua y arena…
Tiempo de mar, de agua salada, que limpie y sane cada poro…