Platillos ancestrales mexicanos que han perdurado en el tiempo
La gastronomía mexicana es un legado vivo de las civilizaciones prehispánicas que han dejado una huella profunda en la cocina actual. Algunos platillos, nacidos en esa época, no solo han sobrevivido al tiempo, sino que continúan siendo pilares de la identidad cultural del país.
También te podría interesar:
Tortillas y tamales: la base de la alimentación
Las tortillas de maíz, conocidas en náhuatl como tlaxcalli, son quizá el alimento más emblemático de México. Elaboradas con masa de maíz nixtamalizado, estas tortillas han sido fundamentales en la dieta desde tiempos ancestrales, representando nutrición y tradición en cada mesa. Por su parte, los tamales, cuyo nombre deriva del náhuatl tamalli, son preparaciones versátiles hechas de masa de maíz rellena con carnes, vegetales o frutas, envueltas en hojas de maíz o plátano. Utilizados en ceremonias religiosas y como alimento práctico para los guerreros, su consumo sigue siendo una tradición en festividades.
Platillo ceremonial: el pozole
El pozole, originario de la civilización mexica, es un guiso a base de maíz cacahuazintle y carne. En sus inicios, tenía un uso ceremonial relacionado con rituales religiosos, siendo una representación del vínculo entre lo divino y lo humano. Hoy, se ha adaptado incorporando carne de cerdo o pollo, pero mantiene su esencia como plato festivo, especialmente en celebraciones patrias y reuniones familiares.
En más noticias de gastronomía:
Manjares exóticos: los escamoles
Los escamoles, también conocidos como “el caviar mexicano”, son huevas de hormiga recolectadas y preparadas como un manjar. Consumidos desde la época prehispánica, simbolizan el respeto por la naturaleza y la biodiversidad del territorio mexicano, y se mantienen como un platillo especial en regiones específicas del país.
Estos platillos no solo deleitan el paladar, sino que narran historias de identidad, resistencia y adaptación cultural. Desde el maíz como base hasta guisos ceremoniales, cada bocado cuenta una parte de la rica herencia gastronómica de México, que continúa siendo motivo de orgullo nacional.
