El 31 de octubre, la cultura maya celebra a los “pixanitos”, las almas de los niños fallecidos, en el marco del Hanal Pixán, su equivalente al Día de Muertos. Esta tradición, conocida como U Hanal Palal, es un día especial dedicado a honrar a estos pequeños espíritus y refleja el profundo amor y respeto que las comunidades mayas sienten por sus ancestros.
El Hanal Pixán no solo es una ocasión para recordar a los difuntos, sino también una oportunidad para fortalecer los lazos familiares y comunitarios. La preparación de altares y ofrendas permite a las familias transmitir sus tradiciones y valores a las nuevas generaciones, asegurando la perpetuidad de estas costumbres.
Durante esta festividad, las familias embellecen las tumbas de sus seres queridos y preparan comidas tradicionales que eran del agrado de los difuntos. Los altares se decoran con manteles bordados en colores vibrantes, y se colocan alimentos, dulces y juguetes en memoria de los niños fallecidos. Las velas se encienden para guiar a los pixanitos de regreso a sus hogares, facilitando su encuentro con los vivos.
El Hanal Pixán, que se celebra del 31 de octubre al 2 de noviembre, honra a los muertos y fortalece el vínculo entre los vivos y los fallecidos, permitiendo a las familias recordar y celebrar la vida de sus seres queridos. Aunque comparte similitudes con el Día de Muertos católico, el Hanal Pixán tiene un origen prehispánico y no es oficialmente reconocido por la Iglesia Católica en el sureste de México.
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Sin embargo, en muchas comunidades, existe un sincretismo entre las tradiciones mayas y católicas. Muchas familias combinan elementos de ambas culturas en sus celebraciones, asistiendo a misas católicas y realizando rituales del Hanal Pixán.
Por otro lado, la Iglesia Católica desaconseja la celebración de Halloween, debido a sus vínculos con el ocultismo y prácticas que consideran inapropiadas. La preocupación radica en que esta festividad moderna puede desviar la atención de los valores cristianos.
A medida que se acercan estas fechas, la cultura maya reafirma su riqueza y diversidad, recordando la importancia de honrar a quienes han partido y de mantener vivas las tradiciones que conectan a las generaciones pasadas con las presentes.