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La historia detrás del vestido de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum para la toma de protesta

Hoy, Claudia Sheinbaum hizo historia no solo al convertirse en la primera mujer presidenta de México, sino también al portar un vestido lleno de simbolismo y tradición, diseñado por la talentosa artesana oaxaqueña Claudia Vásquez Aquino.

La prenda que Sheinbaum eligió para su toma de protesta no es un simple vestido, sino una obra de arte bordada a mano que representa el legado cultural y textil de México.

Las manos detras del vestido de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum

Vásquez Aquino, originaria de Santa María Xadani, Oaxaca, compartió la sorpresa que sintió al descubrir que el vestido que confeccionó sería usado por la presidenta. “Me pidieron pautas para el diseño y el bordado de flores, pero no sabía que era para ella”, comenta emocionada.

A pesar de haber conocido al equipo de Sheinbaum un año antes, nunca imaginó que su trabajo llegaría a un evento tan importante.

El vestido, de color marfil, es el primero que Claudia Sheinbaum viste como presidenta, y simboliza no solo la elegancia, sino el reconocimiento al arte de las manos mexicanas. Vásquez Aquino confiesa que, tras recibir la confirmación oficial, todavía dudaba de que su diseño fuera el elegido: “Tuve que confirmar que fuera mío”.

El orgullo de una artesana

A sus 41 años, Claudia Vásquez Aquino ha dedicado toda su vida al bordado, una tradición que aprendió de su madre a los 10 años. “Nací con el zapoteco y con el bordado”, comenta orgullosa. Hoy, junto a sus hermanos, dirige un proyecto textil llamado Lari Guie’, que significa “tela bordada”.

Aunque el proyecto aún es pequeño, este logro marca un nuevo capítulo para ella y muchas otras artesanas que luchan por mantener viva su cultura.

Más que un vestido, un símbolo de empoderamiento

Vásquez Aquino, quien también es presidenta de La Casa de las Artesanías de Oaxaca, ve en este gesto de la presidenta una señal de que “el tiempo de las mujeres ha llegado”. Para ella, que Sheinbaum vista prendas típicas de la región es un honor y un reconocimiento a la labor de tantas mujeres artesanas que, como ella, sostienen a sus familias a través de su arte.

El vestido no solo celebra el talento de las manos mexicanas, sino que también simboliza la unión de las raíces con el futuro de la nación. “Es un privilegio ver que nuestra presidenta use estas piezas que tanto representan”, concluye Vásquez Aquino, orgullosa de haber dejado su huella en este momento histórico para México.

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