
Durante la temporada de Cuaresma, el incremento en los precios de los productos del mar no ha sido un alivio para los pescadores ribereños, según lo informado por Santiago Jiménez González, presidente de la Unión de Pescadores Ribereños del Municipio del Carmen. A pesar de la demanda creciente de estos productos durante este periodo, los pescadores no han experimentado beneficios significativos debido a las bajas capturas y la ausencia del camarón siete barbas.
Jiménez González destacó que, si bien los precios de los productos marinos se elevan durante la Cuaresma debido a la alta demanda, este aumento no se traduce en ganancias para los pescadores. Las capturas han sido limitadas, principalmente a robalos y en menor medida a camarones grandes, siendo este último tipo apenas suficiente para cubrir los gastos de combustible y recuperar costos.
En cuanto al camarón siete barbas, cuya captura está vedada o ha disminuido significativamente en las áreas de pesca, los resultados han sido desalentadores para los pescadores que cuentan con permisos para su captura. Esta situación ha llevado a algunos pescadores a suspender temporalmente su actividad, ya que las pérdidas económicas son evidentes.
El presidente de la Unión de Pescadores Ribereños lamentó la falta de avances en la construcción de un Centro de Acopio Pesquero, proyecto que han estado gestionando durante años sin obtener el financiamiento necesario. Esta situación ha perpetuado la dependencia de los pescadores, de los intermediarios conocidos como “coyotes”, quienes se benefician al adquirir las capturas a precios bajos.
En resumen, el sector pesquero ribereño se enfrenta a limitaciones significativas durante la Cuaresma, con bajas capturas y escasos beneficios económicos, lo que resalta la necesidad de medidas para mejorar las condiciones y la rentabilidad de esta actividad.