Durante la temporada de Cuaresma, las carnicerías del mercado principal Pedro Sainz de Baranda han experimentado una significativa disminución del 50% en sus ventas habituales. Este fenómeno se atribuye principalmente a la tradicional práctica de abstinencia de carne que algunos fieles realizan como parte de su observancia religiosa durante este periodo.
La Cuaresma, precediendo a la Semana Santa, se distingue por el ayuno y la reflexión, donde muchos optan por evitar el consumo de carne como una forma de penitencia y preparación espiritual. Esta elección ha tenido un impacto directo en el comercio local de carne, afectando la demanda y, en consecuencia, las operaciones comerciales en el mercado principal.
Mayani Sánchez, una de las locatarias del mercado, destacó la marcada disminución en las ventas, especialmente los miércoles y viernes, días en que se realizan vigilias religiosas que coinciden con la abstinencia de carne. Esta tendencia se ve agravada por la situación económica actual y la preferencia de algunos consumidores por comprar en carnicerías cercanas a sus hogares en lugar de acudir al mercado central.
“La caída en las ventas ha sido considerable, atribuible a diversos factores como la observancia religiosa de la abstinencia de carne y la competencia desleal en las colonias. A pesar de ello, estamos ajustando nuestras estrategias de venta para minimizar pérdidas y adaptarnos a esta situación”, comentó Sánchez.
Para mitigar el impacto económico, han optado por adquirir cantidades de producto acordes a la demanda esperada, evitando así el exceso de almacenamiento que podría resultar en pérdidas. Este enfoque preventivo se basa en experiencias anteriores donde la sobreproducción conllevaba la pérdida de productos.
La temporada de Cuaresma presenta desafíos comerciales para las carnicerías del mercado Pedro Sainz de Baranda, quienes buscan ajustar sus estrategias para adaptarse a la fluctuación de la demanda y evitar pérdidas innecesarias durante este periodo de observancia religiosa.
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