La lepra persiste en Campeche: un llamado urgente a la sociedad

A pesar de los avances médicos y tecnológicos, la lepra continúa siendo una realidad preocupante en México, alerta la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Según información reciente, se han registrado casos activos en varias regiones del país, incluyendo estados como Campeche.
En este contexto, la doctora María del Rosario Morales Espinosa, académica del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, enfatiza la importancia de dirigir esfuerzos hacia estas áreas afectadas, sin importar su ubicación geográfica. Es crucial proporcionar tratamientos a los pacientes y difundir información sobre la enfermedad en las comunidades.
Morales Espinosa destaca que la erradicación de la lepra requiere campañas de concientización que resalten su curabilidad, similar a cualquier otra enfermedad infecciosa. Tras recibir tratamiento, los pacientes pueden llevar una vida normal. Por lo tanto, la meta debe ser minimizar la detección de nuevos casos, especialmente en las zonas más afectadas del país.
La persistencia de la lepra se atribuye a su impacto desproporcionado en poblaciones marginadas y pobres, su naturaleza endémica y la atención prioritaria otorgada a otras enfermedades, como la covid-19.
Según datos del Instituto de Salud para el Bienestar, se reportan casos de lepra en 24 países del continente americano, con Brasil concentrando el 94% de los casos en la región, según la Organización Panamericana de la Salud.
A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud aspira a limitar la incidencia de la lepra a un infectado por cada 10 mil habitantes. Sin embargo, existen regiones donde la prevalencia sigue siendo más alta.
La lepra, causada por la bacteria Mycobacterium leprae, tiene un período de incubación prolongado de cinco a 20 años. Aunque su incidencia es baja, la enfermedad a menudo es olvidada, lo que genera estigma y discriminación hacia los afectados.
La detección de la lepra se ve dificultada por la falta de claridad en los síntomas y el mecanismo de transmisión. Aunque se cree que la bacteria se transmite por inhalación de gotas de saliva de una persona infectada, aún existen incertidumbres sobre la susceptibilidad del huésped.
Los síntomas pueden incluir lesiones cutáneas con disminución de sensibilidad al tacto, debilidad muscular, entumecimiento en manos, brazos, pies y piernas, entre otros. La enfermedad puede ser tratada, pero la resistencia a los medicamentos y el aumento de casos son motivo de preocupación a nivel global.



