Vino y Chocolate: una combinación que enamora

DESCORCHANDO TUS SENTIDOS
La comida ha sido siempre una manera de enseñarle a las personas cuanto los queremos, y el chocolate especialmente implica cuánto las amamos. Un San Valentín sin flores y sin chocolates carece de sustancia, si hay algo que identifica esta fecha es precisamente estas dos gratificantes cosas. Pocas cosas son tan románticas como unas perfectas y aromáticas rosas rojas y comer chocolates con vino.
Saberlos combinar requiere de cierta maestría en la materia porque no todos los vinos tintos, como pareciera, van bien con chocolate. La razón detrás de ello es totalmente orgánica y organoléptica. Tanto el cacao como el vino tinto tienen tanino, la materia orgánica que hace que el vino sepa amargo y tenga astringencia, la misma materia que hace que un chocolate oscuro con más de 75% de cacao se sienta menos dulce, amargo y astringente. Por lo tanto, la suma de uno con el otro exacerba estos dos elementos: amargor y astringencia.
Si tu gusto personal es adictivo al chocolate amargo, entonces serás feliz con un vino con alto tanino, como el Shiraz que, a cambio de otras uvas igual o más tánicas, estos vinos tendrán un marcado gusto floral y frutal, no sintiéndose tan seco como otras uvas tánicas. Si por el contrario te gusta más el chocolate conocido como chocolate de leche, color más café claro, con más grasa y menos cacao, te recomiendo un vino de uva Malbec, por ejemplo, cuyo tanino es medio y moderado y su gusto a ciruela marcado.
El chocolate blanco es el que menos amargor y astringencia contiene y por lo mismo no necesariamente irá con un vino tinto. Mi sugerencia en este caso es un espumoso con un ligero dulzor. La burbuja limpiará el paladar de la grasa del chocolate blanco y disminuirá un poco la presencia tan cremosa en el paladar.
Ahora, una trufa de chocolate generalmente lleva licor, en este caso un Oporto es mi mejor recomendación. Su sabor dulce y un grado de alcohol más alto que un vino atenderán muy bien las notas licorosas y amargas de una trufa, dando un agradable dulzor final. Una decadente tarta de chocolate semi amargo, cremosa y deliciosa, también agradecerá un Oporto de clasificación Tawny.
Ahora llevemos el chocolate a otras aplicaciones, ¿quién se resiste a un brownie o un chocolate chip cookie? Además de un rico y fresco vaso de leche, una copa de Merlot de una región cálida como Mendoza, California, Ensenada, Adelaide, es mi mejor sugerencia pues su carga tánica será media a media alta, perfecta y justa para dar peso y astringencia.
Si vas a sofisticarte un poco más y entrarás a la cocina a preparar una mousse de chocolate o un soufflé, aquí te sugiero irte por un licor de naranja o mandarina como el Grand Marnier o el Cointreau. Su delicioso aroma y sabor natural a cítricos maduros son la perfecta combinación para estos sofisticados postres que requieren un guiño de complejidad y delicioso contraste, donde el licor parecerá un ingrediente más de lo bien que va a combinar.
¡Feliz y delicioso San Valentín para todos!