Let’s Fly, dueña del helicóptero desplomado en CDMX
CIUDAD DE MÉXICO, abril 15 .- La tarde del 14 de abril, el helicóptero Bell 206B, operado por la empresa Let’s Fly, se estrelló en una bodega de la alcaldía Coyoacán de la Ciudad de México.
Detrás de esta pérdida se reveló una historia de vuelos arriesgados y preocupaciones de seguridad que han suscitado inquietudes entre los residentes de la metrópoli.
Desde hace tiempo, las redes sociales han sido testigos de los arriesgados vuelos de Helidom y posteriormente de Let’s Fly sobre los íconos de la Ciudad de México.
Sin embargo, detrás de la búsqueda de captar la atención en plataformas como TikTok, se encuentran cuestionamientos sobre la seguridad y la responsabilidad en el aire.
En estos videos, se afirmaba que los helicópteros de Helidom operaban a 100 nudos en vuelos turísticos, es decir, a unos 190 kilómetros por hora, mientras que en los tours se reducía la velocidad a 70 nudos o menos para brindar una mejor experiencia visual de la ciudad. Sin embargo, tras el cambio de propiedad en 2022, Let’s Fly adoptó una postura más discreta en cuanto a la divulgación de precios.
En cuanto a las regulaciones de altitud para vuelos en la Ciudad de México, estas se basan en consideraciones de seguridad aérea y la densidad del aire debido a la elevación de la ciudad. Aunque los helicópteros comerciales suelen operar hasta altitudes de aproximadamente 20 mil pies, la altura máxima puede variar según el modelo del helicóptero y las condiciones atmosféricas.
Las normativas para la operación de aeronaves, incluidos los helicópteros, están regidas por la Ley de Aviación Civil y su Reglamento, que establecen los requisitos de seguridad y las condiciones para los vuelos. Además, las autoridades locales pueden imponer regulaciones adicionales, como zonificación para helipuertos y restricciones en áreas específicas por motivos de seguridad o ambientales.
A pesar de las controversias, Let’s Fly continuaba ofreciendo una variedad de paquetes turísticos en su página web, con opciones que van desde vuelos panorámicos hasta experiencias más extremas, con precios que oscilaban entre los 8 mil 900 y los 25 mil pesos.
